Su heroicidad y su colaboración con la Policía Nacional han cambiado la vida de Ibrahima y Makate, las dos únicas personas que el sábado 3 de julio socorrieron a Samuel Luiz para intentar salvarlo de la paliza mortal de un tumulto de jóvenes en La Coruña. Ambos son, además de ciudadanos ejemplares que intentaron salvar la vida del joven auxiliar de enfermería, piezas clave en la investigación de lo ocurrido, de modo que se les ha concedido una autorización excepcional recogida en la Ley de Extranjería.
Los dos hombres tienen 38 y 39 años, son de origen senegalés y se encontraban en situación irregular en España cuando el 3 de julio se interpusieron ante los agresores de Samuel para intentar librarle de las patadas y puñetazos que finalmente acabaron con su vida.
Fuentes conocedoras del caso han confirmado a EL MUNDO que el pasado viernes la Policía Nacional ya firmó la documentación necesaria para regularizar su situación concediéndoles la autorización de residencia temporal «por circunstancias excepcionales», que se otorga «por colaboración con autoridades policiales, fiscales, policiales o seguridad nacional».
Estas mismas fuentes han confirmado que ya están legalizados a todos los efectos y que la documentación tiene fecha del pasado viernes, el mismo día que tuvieron una nueva comparecencia ante la Policía Nacional coruñesa en la que fueron cruciales para el avance de la investigación.
Ambos habían comparecido ante la Brigada de Policía Judicial de la Policía Nacional en los días siguientes al homicidio y volvieron a hacerlo. En esta ocasión, identificaron a los seis jóvenes de entre 17 y 25 años detenidos hasta ahora por el homicidio de Samuel como sus agresores y, además, dieron pistas sobre la implicación de más personas que agredieron al joven coruñés y hasta ahora no han sido arrestadas.
Esta autorización se concede en base a la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre Derechos y Libertades de los Extranjeros en España y su Integración Social (artículo 31.3) y tiene como requisitos que los beneficiarios carezcan de antecedentes penales en España y en sus países anteriores de residencia por delitos existentes en el ordenamiento español, no tener prohibida la entrada en España y colaborar con autoridades policiales, fiscales o judiciales, o que haya razones de seguridad nacional que justifique la concesión de la autorización.
El trámite se realizó con celeridad. A principios de la semana pasada el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, anunció que la Secretaría de Estado de Inmigración estaba trabajando en el expediente de ambos jóvenes y trasladó su confianza en que «se pueda regularizar en breve» su situación porque «fueron dos de las personas que intermediaron con un papel activo». Finalmente, la tramitación no se demoró ni una semana.
Uno de ellos logró frenar la primera agresión a Samuel y ayudarle a huir de los agresores y le ayudó a cruzar la calle para escapar. Cuando los atacantes fueron tras él y lograron darles de nuevo alcance, llegó a cubrir el cuerpo del ya malherido joven coruñés. El otro intervino durante ese segundo ataque e intentó meterse en medio y separar al tumulto de atacantes que rodeaba y golpeaba de Samuel, que ya estaba en el suelo indefenso y gravemente herido.
LA INVESTIGACIÓN CONTINÚA
La investigación por la muerte de Samuel continúa abierta y los investigadores también tratan de determinar la motivación de la paliza mortal a Samuel, pues los amigos de la víctima y asociaciones LGTBIQA+ sostienen que hay una motivación homófoba y al joven coruñés lo mataron por su orientación sexual, pues antes y durante la paliza mortal le gritaron «maricón» y «maricón de mierda». La Policía Nacional tiene todas las hipótesis abiertas, si bien en estos momentos no considera el crimen un delito de odio.
Los policías están centrados en intentar localizar a todos los implicados y analizar el material audiovisual recogido a través de dispositivos móviles de personas que presenciaron los hechos. Hasta el momento han prestado declaración al menos 26 personas, entre ellos los seis detenidos, los dos jóvenes senegaleses, los amigos de la víctima y personas que acudieron voluntariamente a la Comisaría porque presenciaron lo ocurrido.
De los seis detenidos, todos del mismo círculo de amistades y vecinos de La Coruña, tres permanecen en prisión provisional, comunicada y sin fianza. Son tres hombres mayores de edad, Diego, Yumba y Kaio, y dos juzgados, el 1 y el 8 de La Coruña, acordaron mantenerlos en prisión por riesgo de fuga y de destrucción de pruebas.
La otra persona mayor de edad detenida, una mujer de nombre Kathy, se encuentra en libertad también investigada por homicidio y los dos menores investigados por su participación están en un centro de menores de régimen cerrado por orden judicial. Uno de ellos tiene antecedentes, pero no el otro menor y también los cuatro mayores de edad.