El festejo del Día de los Enamorados, Día del Amor y la Amistad o simplemente San Valentín, es una celebración que tiene resonancia en varias partes del mundo, ya no sólo se celebra el amor hacia una pareja, también hacia los amigos y personas que han aportado algo positivo y significativo en nuestras vidas.
Entre otros cosas, es la fecha en la que se demuestra, a través de rosas, corazones, chocolates, tarjetas, peluches y globos, que la “búsqueda de la media naranja” ha terminado.
1.- San Valentín: El Día de los Enamorados también es conocido como el Día de San Valentín, en honor a un santo de nombre homónimo que durante el siglo III predicaba el Cristianismo en Roma, que se encontraba bajo el dominio del emperador Claudio II. El mandatario había prohibido los matrimonios entre los jóvenes soldados porque en su opinión, eran mucho mejores en combate; desafiando la orden oficial, el santo casaba a los jóvenes enamorados en secreto. El hecho de desobedecer al emperador lo llevó a tener un fin poco romántico, siendo lapidado el 14 de febrero del año 270.
2.- Corazones rojos: La idea de que los corazones estén representados comúnmente en este color, es por la fuerte conexión que tiene este órgano con la sangre y el fuego. En muchos pueblos se cree que el rojo fue el primero de todos los colores, ya que pertenece al alma, al libido y al corazón.
En el Tarot, La Gran Sacerdotisa y La Emperatriz llevan un vestido rojo debajo de su manto, representando su cercanía con las ciencias secretas; la valoración divina que se le da se conecta al simbolismo de que la llama precede a la sangre. Dentro de la religión Católica, el rojo hace alusión al sacrificio de la Sangre de Cristo, sangre que se derrama por amor, convirtiéndolo en un acto divino.
3.- Rosas: Esta flor simbólica es una de las más empleadas en la cultura Occidental. En la iconografía cristiana, es la copa que recoge la Sangre de Cristo o la transfiguración de dicho líquido, y en la Divina Comedia, del escritor Dante Aliguieri, es llamada la flor mística que se revela en las letanías cristianas y que alude a la Virgen; es ofrecida como recompensa al llegar al último círculo del infierno.
Dependiendo de su color, su significado puede cambiar: si el oro es el color con el que se le describe, entonces es vista como símbolo de poderío e instrucción espiritual. En la mitología clásica, la rosa era la flor de Atenea (diosa de la conocimiento) de y Afrodita (diosa del amor).
4.- Cupido: También conocido como Eros, es representado en la cosmogonía clásica como hijo de Caos y posteriormente de Afrodita; se le mantenía constantemente asociado con Hímero, quien encarnaba el Deseo, pero con el tiempo se le agregan más genealogías.
Generalmente es representado como un joven o un bebé con los ojos vendados, así como un arco y flechas que utilizaba para enamorar tanto a los dioses como a los hombres.
5.- Anillo: La costumbre de regalar una sortija como una promesa de amor es vista, desde la simbología, como una atadura que se lleva para toda la vida; un ciclo indefinido sin solución de continuidad.
Sin embargo, para el cristianismo es una “fiel atadura, libremente aceptada”, que se conecta con el tiempo y con el cosmos.
6.- Amor: Al ser una palabra que escapa a su concepto, es oportuno decir que en ocasiones es visto como un sentimiento puro y noble, en otras como una insensatez, y en otras más es confundido por el deseo carnal, no obstante, una de las primeras personas en tratar de describirlo fue el poeta clásico Hesíodo, al representarlo como algo primigenio… de lo que nace la vida.
“Antes de todo, hubo el Abismo, luego la Tierra de anchos flancos, cimiento seguro ofrecido para siempre a todos los vivos, y Amor, el más bello entre los dioses inmortales, aquel que rompe los miembros, y que en el pecho de todo dios como todo hombre, doma el corazón y el sabio querer”.
Fuente: sexenio