Bajo el frío de la madrugada este viernes, miles de personas esperaron su turno para ver el cuerpo del fallecido presidente Hugo Chávez, cuyos restos yacen en el Salón de Honor de la Academia Militar de Caracas.
Por doquier, las filas de gente serpentean indiferentes a la basura acumulada en dos días de peregrinaje popular para llegar ante el féretro de Chávez y rendirle su último tributo.
Este jueves, el Gobierno Nacional anunció que la capilla ardiente con los restos del mandatario se prolongará por 7 días más. Además, informó que el cuerpo del Presidente está embalsamado, colocado en una urna de cristal y exhibido en el Museo Militar, ubicado en la parroquia 23 de enero.
«No importa las horas que esperemos, pero aquí vamos a estar hasta que lo veamos», dice Luis Herrera, tocado con la boina roja que popularizó el exmandatario venezolano.
Sus ojos se humedecen al pensar en lo que hará cuando vea a Chávez: «rezaré un padrenuestro para que Dios lo reciba con los brazos abiertos».
Jugar cartas, cantar y gritar consignas en honor al presidente: todo es válido para soportar las largas horas de espera para llegar hasta la capilla ardiente.
De pronto, el grito «¡Yo soy Chávez!» estalla en la voz de un grupo de manifestantes y se riega como la pólvora entre el resto de la gente que aguarda en las filas.
Vendedores ambulantes recorrían la zona comerciando afiches, banderas y fotos de Chávez.
«Me duele todo, pero para allá voy», dice Aura Hernández, una costurera que más que por las dos máquinas de coser que tiene, le agradece a Chávez por «la libertad y la independencia» que afirma le brindó durante sus años de gobierno.
«Chávez libró 16 batallas pero el pueblo va a ganar la 17 en su honra», afirma confiada Carolina Arellano, al opinar sobre las nuevas elecciones que se avecinan para designar al sustituto del presidente fallecido.
Fuente: Agencias