Anteriormente, las agencias de vehículos usados representaban una alternativa para la clase baja y clase media baja de la sociedad; puesto que, ofrecían una amplia gama de carros a costos más asequibles en comparación a los concesionarios. Sin embargo, en la actualidad la realidad es totalmente distinta.
La comercialización de automóviles usados, se convirtió en la única opción “viable” para obtener un carro en Venezuela, y su público meta pasó a ser el ciudadano de clase media alta y clase alta de la población.
Dificultad de obtención de divisas para importar autopartes e insumos, generaron que las ensambladoras de vehículos se mantengan con una producción menor a un 30% aproximadamente. Situación que trae como consecuencia la escasez de unidades cero kilómetro en Venezuela y el aumento descontrolado y “descabellado” de los precios de automóviles usados.
La carencia de billetes verdes, trae consigo todos los problemas en los sectores del país, dado que un 90% de lo que se utiliza en Venezuela es importado.
Chrysler, Ford, General Motors, Toyota, Iveco y Mitsubishi; son sólo algunas de las empresas automotrices que se encuentran con una mínima producción por los retrasos de asignación de divisas en el país.
Para el mes de julio del presente año, fueron ensamblados unos 7 mil vehículos, es decir, un 84% menos que en la misma temporada del 2013. Especialistas del área automotriz aseguraron que entre 2006 y 2013, el sector cayó un 58,2%.