El ingeniero químico con maestría en ingeniería del gas, Rubén Pérez, comentó que «tiene un impacto importante» el anuncio de la extensión de la Licencia General N°. 40, por parte del Departamento del Tesoro de EEUU, que permite la exportación de Gas Licuado de Petróleo (GLP) de Venezuela.
Manifestó que el 90% de la familia venezolana cocina con GLP, que se encuentra envasado en las bombonas que se distribuyen en donde no llega la red de gas directo.
Sostuvo que el GLP no puede ser utilizado en la Faja Petrolífera del Orinico para diluir el crudo extrapesado de Venezuela.
Cabe destacar que esta licencia es para el uso del producto en cocinas, tiene un carácter humanitario.
Dijo que Venezuela era un exportador de GLP y cubría la demanda interna industrial, doméstica y petroquímica.
«Hoy en día, no cubrimos la demanda doméstica que se acerca a unos 45.000 barriles diarios y la producción actual de PDVSA está en aproximadamente 26.000 barriles diarios, se mantiene el déficit de este producto», explicó.
Recordó que desde el año 2012, no se produce una molécula de GLP en el occidente de Venezuela, lo que obligó a PDVSA Gas a la exportación de este hidrocarburo y a que todos los distribuidores a nivel nacional se tuvieran que trasladar hasta las plantas de envasado.
«El suministro está casi monopolizado por PDVSA Gas Comunal», añadió al tiempo que sumó que más del 90% de la empresas de producción de GLP fueron adquiridas por PDVSA Gas Comunal, quedando 10% de éstas en manos del sector privado.
Aseveró en el Circuito Éxitos 99.9 FM que este 10% del sector privado no tiene la capacidad financiera «para comprar cargamentos de este producto, aprovechando la renovación de esta licencia, para tratar de cubrir el déficit que tiene el país en materia energética».
El Nacional
