En el mercado San Martín venden –bajo procesos de fiscalización– combos de hasta cinco kilos de carne de primera, dos kilos de harina precocida y de pasta regulada por persona. En Guaicaipuro también venden fiscalizados y racionados a uno o dos kilos por persona los productos básicos.
En los supermercados es habitual que la gente ingrese preguntando cuántas unidades de cada producto puede llevar.
En Pdval y Bicentenario permiten comprar un kilo de leche por persona, dos de harina y dos litros de aceite por persona. Esta modalidad de venta racionada se extiende a otros productos, como compotas, leche y jugos larga duración.
Por otro lado, la escasez ha cambiado los hábitos de compra de los venezolanos, quienes montan especies de cacerías en los comercios para ver qué productos llegan. “Me escapé del trabajo; estoy buscando carne o pollo para mi hijo de tres años, que tiene dos semanas comiendo atún enlatado, dijo Yuseith García en Unicasa Capuchinos.
Fuente: UN
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