Varias cartas escritas supuestamente por el cantante a una menor de edad están causando un gran revuelo en Estados Unidos. A pesar de que no hay nada denunciable en sus misivas, sí que hay frases que están escandalizando a propios y extraños.
La sombra del abuso de menores continúa acompañando a Michael Jackson incluso años después de su fallecimiento. Según las últimas informaciones publicadas en diversos medios estadounidenses, un tribunal de Los Ángeles (EEUU) ha recibido una denuncia sobre un supuesto nuevo caso de acoso sexual por parte del cantante a una menor en la década de los 80. A esta denuncia se han incorporado varias cartas de amor que supuestamente escribió el rey del pop de su puño y letra a la demandante, que por aquel entonces se trataba de una niña de tan solo 12 años.
Ha sido la propia niña, ya convertida en mujer y cuya identidad se mantiene en el anonimato, la que ha hecho públicas las cartas que, según asegura, le escribía el cantante entre 1986 y 1989, cuando ella tenía entre 12 y 15 años. Las misivas evidencian un profundo cariño: “Hola, tu foto de San Valentín era tan original y dulce. También te amo tanto, me haces amarte aún más y más de lo que te digo. Estoy loco por ti. Con todo mi amor, Michael, el rey del Monopoly”, se puede leer en uno de los textos que han sido filtrados a la prensa estadounidense por la propia niña que enamoró al cantante.
El juego del Monopoly parece ser el nexo de unión entre ambos cuando se han visto, dado que también aparece nombrado en otra carta que sigue por la misma línea que la anterior: “Realmente me gusta mucho hablar contigo. Eres tan dulce, pero no puedes jugar al Monopoly, pero te amo y extraño mucho. Todo mi amor”. Además, si son auténticas estas misivas, el cantante también mostraba su deseo de encontrarse con ella: “Por favor, ven a verme. Tu madre y padre son muy agradables. Adiós, te amo tanto. MJ”.
La joven ha preferido no desvelar su identidad para proteger sus intereses, dado que ha llevado a la Corte de Los Ángeles las cartas para ver qué puede hacer o reclamar con ellas. Poco, teniendo en cuenta que el interesado ha fallecido y no existe una acusación de haber cometido un delito sobre la mesa. Tan solo se le acusa de escribir bonitas cartas de amor a una niña de 12 años, algo reprochable, pero no demandable siete años después de su muerte.
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