Los restos del avión Antonov AN-26 que desapareció este martes con 28 personas a bordo en la península de Kamchatka, en el extremo oriente de Rusia, fueron encontrados a unos cuatro kilómetros del aeropuerto en el que debería haber aterrizado, indicó la agencia de aviación Rosaviatsia.
“Los rescatistas encontraron restos del avión”, dijo Rossaviatsia en un comunicado enviado a la agencia de noticias Agence France-Presse, y explicó que “el trabajo de los rescatistas es difícil” debido a la geografía de la zona. El avión debía aterrizar a las 15:50 (01:50 hora chilena), pero perdió la comunicación con tierra unos minutos antes.
El aparato, un bimotor turbohélice, había despegado de Petropavlosk de Kamchatka (Petropavlovsk-Kamchatsky), la cabecera regional, con destino a la localidad de Palana, cuando no efectuó la comunicación programada, informaron inicialmente las agencias Interfax y RIA Novosti, que citaron al ministerio ruso de Emergencias.
De acuerdo con datos preliminares, ninguno de los pasajeros sobrevivió el accidente, dijeron los servicios de emergencia a la agencia oficial RIA Nóvosti. Según información provisional ofrecida también por la autoridades de la región de Kamchatka, a bordo de avión, además de los seis miembros de la tripulación, viajaban 22 pasajeros, uno o dos de ellos niños.
Rusia, que era conocida por sus accidentes de aviación, ha mejorado la seguridad en el tráfico aéreo en los últimos años. Pero aún hay falta de mantenimiento y normas laxas de seguridad, por lo que el país registró varios accidentes aéreos mortales en años recientes.
Algo similar ocurrió en mayo de 2019 cuando un Sukhoi Superjet de la aerolínea rusa Aeroflot se accidentó al aterrizar y se incendió en la pista de un aeropuerto de Moscú, dejando 41 muertos.
Volar en Rusia también puede resultar peligroso en las grandes regiones aisladas del país con condiciones climáticas difíciles, como el Ártico y el extremo oriente.
La información es de Deutsche Welle
