El juego no está trancado, pero parece que nadie quiere develar sus fichas. Analistas coinciden en que la posibilidad de éxito de las reuniones entre el Gobierno y la oposición se aleja, y dependerá de la disposición a ceder de las partes para retomar el camino. Aunque en la tercera reunión se crearon tres mesas de trabajo y se acordó reunirse más de una vez por semana, la ley de Amnistía fue rechazada por el Gobierno, la comisión de la verdad sigue sin constituirse y la renovación de los poderes con cargos vencidos se extiende.
Benigno Alarcón, director del Centros de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), explica que la solución de conflictos tiene tres fases: La escalda, el estancamiento y la desescalada. “En este momento se pasó de la escalada al estancamiento. El diálogo está estancado porque cada una de las partes cree poder imponerse sobre la otra por la vía de la fuerza. Mientras la oposición apuesta a las protestas de calle para presionar, el Gobierno cree poder dominar con represión. No retroceden, cada una tiene la impresión de que pude ganarlo todo y por eso no ceden”.
Vale recordar que la Mesa de Unidad Democrática (MUD) propuso una ley de Amnistía, la cual fue rechazada por el Gobierno, y la oposición optó por recoger firmas para insistir en su aprobación por otra vía. En cuanto a la comisión de la verdad, aún no ha habido consenso para designar a las personalidades de la sociedad civil que permitirían ampliar la investigación sin tinte político y la oposición rechaza por completo que sea Diosadado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional y primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), quien dirija esta comisión.
“Yo veo dos opciones después de este estancamiento. El conflicto puede volver a escalar porque no se consigan acuerdos y si se logran medidas que generen un desahogo podría iniciarse la desescalada, pero si existen posibilidades de acuerdos pareciera que las partes no las han identificado. El Gobierno parece esperanzado en ganar tiempo y desactivar la protesta, mientras que la oposición cree que con el tiempo y la falta de acuerdos la protesta volverá a escalar”.
Lamenta Alarcón que la comisión de la verdad se encamine hacia el fracaso, pues considera que como está planteada “no va a llegar a ningún resultado”. Advierte que no se observan intenciones de esclarecer la verdad sino de protegerse de que la verdad salga a la luz pública.
Es un “fracaso”
Para Diana Romero La Roche, decana de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad del Zulia, el diálogo va hacia el “fracaso”, ya que descarta llamar diálogo lo que considera que no pasó de ser un “acto de catarsis”. Destaca que la oposición simplemente aprovechó un espacio para hacerle llegar a la población un mensaje que no había podido transmitir a través de los medios de difusión masiva por el control estatal de la televisión.
Existen dos razones por las que estima que difícilmente se avance hacia un acuerdo que desactive la presión social. “Diosdado Cabello no es la persona indicada para dirigir una comisión de la verdad, debe ser una persona independiente, sin tinte político y con valores y ética indiscutible; además, si se niega una amnistía es difícil avanzar porque esto era un punto de partida para los acuerdos”.
Deponer posiciones
Por el oficialismo, José Pinto, líder de los Tupamaro, quien participó en el primer encuentro que fue televisado, dijo que existen posibilidades reales de seguir avanzando, solo si se deponen algunas posiciones. Sin embargo, acto seguido señaló que no es posible hablar de una ley de Amnistía porque en diciembre de 2007 el fallecido presidente Hugo Chávez concedió la amnistía a varias personas involucradas en los hechos de abril de 2002 y desde el 12 de febrero del presente año habrían reincidido. Señaló que solo es posible evaluar algunos casos de manera individual.
También subrayó que negarse a la conformación de la comisión de la verdad con Diosdado Cabello a la cabeza es querer imponer condiciones y, en respuesta señaló que la designación de Cabello es una propuesta que los distintos factores deben asumir, y si hay desacuerdos al respecto, debe darse un debate para exponer las razones por las cuales el presidente de la AN no debe dirigir esa instancia.
Diario La Verdad









