Álvaro Ramón Arias, de 15 años, se sintió mal ayer, a las 10.30 de la mañana, y se recostó sobre una tubería. Al pisar el charco que había en el techo de la casa de su tía, se resbaló y cayó sobre el cajón de un aire acondicionado. Ahí le dio el corrientazo. Su amigo, quien reparaba el manto de asfalto, lo socorrió.
Desde la urbanización Cuatricentenario lo trasladaron al Hospital Materno de Cuatricentenario. No lo atendieron por falta de gasas y de insumos médicos. “Mi sobrino se murió porque no le dieron los primeros auxilios. Él llegó respirando al hospital”, denunció Íngrid Zúñiga.
El adolescente culminó la semana pasada el 8.º grado en el liceo Manuel Segundo Sánchez. Era el segundo de tres hermanos.
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Por Ana Karolina Mendoza