En la superficie, todos están unidos por el dolor tras el fallecimiento del presidente Hugo Chávez, el indiscutido líder de la Revolución Bolivariana que mantenía unidas las costuras de la disímil colección de intereses encontrados y rivalidades que conforman el chavismo.
Pero parecen ser muchas las patadas que las facciones comenzaron a darse debajo de la mesa, en momentos en que el proyecto revolucionario enfrenta su más dura prueba para sobrevivir tras la desaparición física de un caudillo que diseñó una estructura personalista cuyos componentes giraban a su alrededor.
Fuentes cercanas a la situación dijeron que representantes del chavismo tuvieron fuertes discusiones el miércoles para decidir quién debería asumir la presidencia interina, la que finalmente parece haber recaído en el vicepresidente ejecutivo Nicolás Maduro, aún cuando expertos constitucionales aseguran que la carta magna establece claramente que la designación le corresponde al presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello.
“Fue una reunión de emergencia, sostenida mientras se realizaba la marcha del féretro [con el cuerpo de Chávez por Caracas]. Allí se sostenía que Diosdado debía asumir la presidencia, como dice la Constitución”, dijo Anthony Daquin, ex asesor de seguridad del Ministerio de Interior y Justicia.
“Fue una reunión en la que Cilia Flores [procuradora y esposa de Maduro] estaba presionando y los magistrados [del Tribunal Supremo] no querían saltar el hilo constitucional”, agregó.
Al final, Maduro parecer haberse salido con la suya, pese a que el artículo 233 de la Constitución señala que cuando “se produzca la falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes”.
“Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Presidente o Presidenta de la Asamblea Nacional”, añade el mismo artículo.
Hasta el cierre de esta edición, el Tribunal Supremo de Justicia no se había pronunciado públicamente, pero eso no le impidió a Maduro firmar el martes un decreto asumiendo las funciones de presidente encargado, ordenando siete días de duelo en el país sudamericano.
Ese decreto propició las discusiones del miércoles, dijo Daquin.
La decisión de saltarse las disposiciones constitucionales revela el alto grado de desconfianza que siente el ala ortodoxa del chavismo cercana a Cuba y presidida por Maduro, hacia el sector nacionalista y militar encabezado por Cabello.
La coexistencia entre ambas facciones ha sido descrita como un matrimonio de conveniencia entre dos partes que se detestan y que en algunos casos tienen intereses encontrados.
Por el momento, las partes parecen estar de acuerdo en que deben mantenerse unidas para preservar la figura de continuidad del chavismo, pero analistas dijeron que las diferencias y la desconfianza son tan amplias que la unión eventualmente terminará en un divorcio.
Una de las primeras tareas de Maduro, de resultar ganador en una eventual elección, sería debilitar a Cabello, dijo Diego Moya-Ocampos, analista senior para América Latina de IHS Global Insight/IHS Jane’s.
“Si Maduro sale electo, lo primero que va a hacer es neutralizar a Cabello en el Ministerio de la Defensa”, comentó Moya-Ocampos.
“Como bien se sabe, la promoción de Cabello tiene en este momento una cantidad de generales y una cantidad de coroneles que son de su promoción, que son amigos de él, son de su mismo grupo, y muchos de ellos han sido ascendido gracias al favor y a la influencia política de Diosdado Cabello”, explicó.
Maduro además, no es visto con buenos ojos por un importante segmento de militares que participaron activamente con Chávez en su intentona golpista de 1992, y que ven en el vicepresidente a alguien que se sumó al proceso mucho después.
“Muchos de ellos ven a Maduro como alguien que se montó en el autobús después”, dijo Moya-Ocampos.
Una eventual elección de Maduro, quien fue nombrado por Chávez como su heredero, enfrenta además la difícil tarea de reconciliar las aspiraciones de los distintos sectores del chavismo que compiten entre sí.
Chávez había logrado hacerlo gracias a su carisma y habilidad política pero aún está por verse si Maduro logrará acumular el mismo grado de prestigio y autoridad.
“Es difícil pronosticar si logrará hacerlo porque el sistema estaba tan centrado sobre Chávez que es difícil predecir si podrá mantenerse con vida ahora que Chávez no está”, comentó Kurt Weyland, profesor de la Universidad de Texas.
En el corto plazo, mientras el chavismo hace uso del reciente fallecimiento del mandatario para generar simpatías, la solidez del movimiento no está en riesgo.
“Pero el gran problema se presentará con la detonación de la crisis económica [que los economistas pronostican para más tarde este año] y con el agravamiento de las fuertes tensiones políticas existentes dentro del movimiento”, dijo Weyland.
“De manera que si en el corto plazo los problemas del chavismo no son inminentes, en el mediano plazo podrían enfrentar los efectos de una descomposición significativa y grandes problemas políticos y económicos”, dijo.
Fuente: Nuevo Herald