La lógica de cancelar por un producto queda atrás cuando tener un televisor, por encima de las necesidades de los demás, coloca a la persona en determinada situación social que no posee. El saqueo que se presentó en las tiendas de electrodomésticos Daka durante la mañana del sábado 9 de noviembre es el resultado de un deseo de apropiarse de lo ajeno.
Para el psicoanalista Adrián Liberman, observar a alguien transgrediendo una norma puede estimular a otro individuo a repetirlo si en él existe la fantasía de realizar este acto. Estar en una cola por varias horas para conseguir algo puede alterar a los ciudadanos y generar un tumulto difícil de controlar, en el cual impera el caos.
La atmósfera en el lugar puede interferir en el comportamiento de la persona e incitar el sentimiento de apropiarse de las cosas. Una de las sociedades más cultas en 1933, la Alemania nazi, se distinguió por cometer el acto más cruel de la historia de la humanidad: el Holocausto.
Este hecho de la llegada al poder del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán de Adolf Hitler, es un ejemplo de lo que es capaz de hacer una población indistintamente de su preparación académica.
Adrián Liberman explicó que este tipo de acciones están respaldadas por una atmósfera social que apoya estos hechos. En el caso de los continuos conatos de saqueo detalló que obedecen al discurso transmitido por televisión el viernes por la noche, del presidente Nicolás Maduro en el que manifestó que las tiendas se abrirían el sábado para vender mercancías a “precios justos”. “Que no se quede nada en los anaqueles, no dejen nada en las bodegas”.
El sociólogo Manuel Barreto explicó que estas acciones persiguen las directrices fuera del orden moral que el Gobierno nacional ha inculcado en la población por 14 años, pese a que es el garante de la ley.
El recurrente discurso político exaltado, de rasgos mesiánicos, que apela más a la emoción que a la razón es una muestra de que el primer mandatario solo se interesa por los resultados del próximo proceso electoral del 8 de diciembre.
Brindar ayudas solidarias es para Barreto una lamentable forma de hacer política que mantiene en la ignorancia y en el engaño a la población. Por ello indicó que el estallido del 27 de febrero de 1989, fecha que delimitó la inestabilidad política del país con El Caracazo, reflejó un conjunto de acciones que servirían para afianzar los próximos escenarios políticos, en el que se aspiraba a una respuesta económica inmediata por parte del recién electo presidente Carlos Andrés Pérez.
A diferencia de ese hecho social caracterizado por la agresión emanada del descontento colectivo, el 9 de noviembre de 2013 se distinguió por la intención de crear condiciones en las que se les demostrara a los habitantes que el Ejecutivo aún maneja la situación de la nación. “Esta es una escuela comunista, que las personas no estaban acostumbradas a ver”.
El difunto presidente Chávez sabía hasta dónde dirigir sus acciones. El sociólogo Manuel Barreto precisó que ahora se evidencia la intromisión de distintos países, porque los soportes de estos dependerán de la economía venezolana.
La plusvalía del robo
Que en el país se registren intentos de saqueo demuestra el desorden legal que mantiene el Ejecutivo que se escuda bajo el nombre de la revolución. De acuerdo a Barreto esto promueve prácticas totalitarias que afectan el contexto social, que responden a una convocatoria manipulada.
El especialista explicó que estas acciones se han presentado en las ciudades en las que el Gobierno teme perder en las venideras elecciones municipales, para enfrentar nuevamente un país polarizado como el pasado 14 de abril.
El psicoanalista Adrián Liberman también coincidió en que los que deberían ser garantes de la ley y del pensamiento como manera de resolver las diferencias promueven que alguien se apropie de las cosas ajenas sin que los lleve a pensar en las consecuencias de esa acción.
Fuente: EC
