La tormenta política que se desató entre Colombia y Venezuela cuando el presidente Juan Manuel Santos recibió hace casi dos meses al líder de la oposición, Henrique Capriles, se resolvió finalmente este lunes de forma “civilizada”, como lo calificó Santos. Su homólogo venezolano calificó el encuentro con Capriles como “una puñalada por la espalda a Venezuela” y hasta acusó al Gobierno colombiano de estar tras un plan para derrocarlo.
La reunión de los dos mandatarios se dio en Puerto Ayacucho, Venezuela, en la frontera amazónica que comparten los dos países, donde acordaron unas “nuevas reglas del juego” como hicieron hace tres años el fallecido Hugo Chávez y Santos para enderezar el bastante maltrecho camino de las relaciones bilaterales. “Éramos un país, ahora somos dos. Pero en muchos aspectos podemos trabajar como si fuéramos uno solo”, dijo Santos poco antes de iniciar la reunión con Maduro, algo que volvió a recalcar al final del encuentro presidencial. “Venezuela y Colombia son dos naciones que tienen todo en común, por eso estamos obligados a trabajar juntos”, dijo. Ambos coincidieron en que la reunión es el relanzamiento de las relaciones entre los dos países.
El 10 de agosto de 2010, apenas tres días después de que Santos asumiera su cargo de presidente, se reunió con Chávez para restablecer unas relaciones que se habían deteriorado al máximo durante los dos mandatos de Álvaro Uribe. Desde entonces, el acuerdo fue resolver las diferencias por la vía diplomática, algo que sucedió hasta la cita entre Santos y Capriles. “Esa relación positiva que tuvimos con el presidente Chávez es la que vamos a tener con el presidente Maduro. Nos lo dijimos muy francamente, hay aspectos donde no estamos de acuerdo, tenemos visiones diferentes sobre muchas cosas, pero tenemos la inmensa obligación y responsabilidad de trabajar juntos”, reconoció Santos en Puerto Ayacucho.
Nicolás Maduro, por su parte, afirmó ante los periodistas que los dos países retoman el “buen camino sin descarrilamiento”, ya que comparten retos comunes. Aseguró que ambos necesitan una mutua solidaridad y comunicación permanente para poder avanzar. “El derecho al futuro solo lo podemos construir juntos. Separados, a ningún lado llegaremos”, dijo el mandatario venezolano, quien ratificó que Colombia podrá contar con los esfuerzos de Venezuela para que “la paz llegue a buen puerto”.
Para reactivar las relaciones, las comisiones bilaterales se reunirán en Caracas el próximo 2 de agosto. Maduro anunció que la lucha contra el contrabando en la frontera será uno de los temas centrales así como acuerdos en el campo energético. Santos incluyó el narcotráfico y los grupos armados ilegales y también un viejo sueño que tuvo Chávez de convertir el río Meta -que conecta a los dos países- en un polo de desarrollo.
Desde la cita entre Santos y Capriles, el mandatario colombiano, haciendo uso de la prudencia, prefirió referirse al enojo de Maduro como un malentendido, aunque no se quedó callado frente a las fuertes acusaciones del líder venezolano y negó enfáticamente que Colombia estuviera enterada o apoyara “algún tipo de acción para desestabilizar el Gobierno de Venezuela”.
El proceso de paz entre el Gobierno de Santos y la guerrilla de las FARC llegó a estar en vilo, ya que Maduro anunció que evaluaría la participación de Venezuela en las negociaciones. Junto a Chile, el Gobierno de Caracas actúa como país acompañante en los diálogos que se llevan a cabo en La Habana desde el pasado 19 de noviembre.
La preocupación de Colombia sobre este tema no es menor, ya que tanto el Gobierno colombiano como las FARC han señalado que el papel que cumplió el fallecido Hugo Chávez fue fundamental para que pudieran concretarse los diálogos. El asunto finalmente fue superado una semana después de la cita entre Santos y Capriles cuando Venezuela empezó a bajar el tono a la tensión entre los dos países.
Se sumó también el hecho de que Colombia anunciara que su Ministerio de Defensa suscribiría un acuerdo de cooperación con la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN). Maduro calificó el anuncio de “aberrante”, acusando a Santos de dar un “giro negativo” en las relaciones de Colombia con la región. Hoy, ambos mandatarios hablan de recuperar el tiempo perdido.
Fuente: El País