Los mensajes de textos intercambiados por los sobrinos de la pareja presidencial de Venezuela, Cilia Flores y Nicolás Maduro, revelan conversaciones que poco se asemejan a las cualidades que refieren sus familiares de “buen hombre, extremadamente familiar, amoroso, trabajador y entregado”, en una carta enviada el 1 de diciembre a Paul Crotty, juez federal por el Distrito Sur de Nueva York, donde solicitaron una sentencia leve.
En contraparte, la fiscalía presentó pruebas donde los sobrinos Efraín Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas discutían asesinatos, una operación previa de narcotráfico, negocios con la guerrilla colombiana y actos de corrupción donde pretendían $2 millones para saldar una deuda de $38 millones de la empresa estatal Petróleos de Venezuela.
Por su parte, ambos ya fueron declarados culpables por conspiración para ingresar 800 kilos de cocaína a Estados Unidos. Asimismo, Crotty ya recibió recomendación de la Fiscalía para que se les aplique cadena perpetua.
“Pero en eso, el caso de Campos Flores es similar a los de innumerables jóvenes que viven en lugares difíciles y que se ven tentados por la oportunidad de obtener ganancia monetaria”, expresaron los abogados en la carta, según reseñó El Nuevo Herald.
Sin embargo, son las propias palabras de los Flores que contradicen el planteamiento de la defensa. En uno de los mensajes, dan detalles de un encuentro que sostuvieron con un narcotraficante que les debía dinero. Del mismo contexto reluce que eran parte de una violenta red que aplicaba la muerte como método para resolver diferencias.
“Lo que yo no veo bueno es que Javier se deja llevar por las emociones y ahí soltó un buche dijo: ‘si pero es que así el nos pague después queda el pelo y algún día va a tener que pagarnos eso que estaba haciendo así sea dentro de 5 años’ es decir así sea dentro de 5 años lo picamos”, escribió Campo.
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