El líder mundial en teléfonos avanzados,Samsung Electronics, abrió un nuevo frente en la competencia con su rival Apple, al sumarse al desarrollo de servicios de pago para respaldar sus productos tras años de comportarse como mero espectador de un prometedor mercado.
Para Apple, ofrecer a los usuarios la posibilidad de usar sus iPhones para comprar un café, un aperitivo o un boleto de tren representa una nueva fuente de ingresos, como su servicio de música y ocio iTunes. Los bancos con los que trabaja se llevan un pequeño cargo por cada transacción, que llegaría a 0,15 por ciento en Estados Unidos.
La surcoreana Samsung, que está por detrás de sus rivales en el desarrollo de software y servicios, está tomando un camino distinto. No busca cobrar tarifas a sus socios financieros, sino que considera a Samsung Pay como un motor para aumentar las ventas de sus teléfonos y de otros dispositivos.
La iniciativa aún se encuentra en la fase inicial. Los servicios de pago de las compañías solo son competidores directos en Estados Unidos desde septiembre, desde hace cuatro meses en China y solo una o dos semanas en Australia y Singapur. Apple Pay también está disponible en Reino Unido y Canadá, y Samsung Pay en Corea del Sur y España.
Las transacciones en Apple Pay sumaron 10.900 millones de dólares el año pasado, sobre todo en Estados Unidos, una cantidad muy pequeña comparada con China, donde se estima que el valor de las operaciones en dispositivos móviles fue de 1 billón de dólares el año pasado, dominado por los gigantes de internet Alibaba y Tencent.
Samsung dijo el martes que su servicio de pagos procesó más de 1.000 millones de dólares en Corea del Sur desde su lanzamiento en agosto, todavía una fracción de los más de 500.000 millones de dólares en transacciones realizadas con tarjetas de crédito el año pasado.
No hay razón alguna para que los bancos no puedan trabajar con ambos rivales, ya que no son tecnologías exclusivas, pero el enfoque de Samsung podría ayudarle a conseguir de forma más rápida socios financieros.
«Apple quiere más control y las negociaciones son más complejas», dijo Christophe Uzureau, vicepresidente de Digital Payment Strategies en Gartner. «Samsung es más flexible, así que desde una perspectiva bancaria hay más posibilidades de tener términos y condiciones más flexibles», explicó.
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