En Samsung han saltado las primeras alarmas. Tras verse obligado a invertir más dinero del deseado en promocionar modelos antiguos y de gama baja, el recuento final sigue mostrando escasas ventas tras una «débil demanda». El empuje económico para no ha funcionado, y ahora esa inversión se traduce en una disminución de los beneficios respectos al periodo del pasado año. Aunque todavía no se conocen los datos exactos, la marca ya espera una bajada del 24 % en los beneficios respecto al mismo trimestre del año pasado, sumando también una reducción de ventas comprendida entre el 8 y el 11 %.
Samsung asegura que esta bajada se debe a la presión ejercida por el resto de competidores en la gama media, un frente que en Europa ha cobrado fuerza especialmente con el lanzamiento de terminales como los de Motorola, además de que se les han complicado las cosas en China, un mercado que ha acogido con fuerza la tecnología 4G en lugar de continuar con el 3G. Por si fuera poco, la apuesta de Samsung por tabletas de 7 y 8 pulgadas se ha visto duramente afectada por los teléfonos de gran pantalla de 5 y 6 pulgadas.
Pero en esta bajada de ingresos no todo son ventas. La marca está sufriendo la fluctuación del Won, ya que la subida de la moneda frente al dólar no pone las cosas fáciles al exportador coreano. Aun así, Samsung mira al futuro con buenos ojos, ya que espera que el lanzamiento de sus nuevos terminales (entre los que se podría encontrar en Note 4) lleven las cuentas a los niveles normales de la marca.
es.engadget.com
