Agobiados por la violencia de las pandillas y las estrecheces económicas, los salvadoreños acudirán el domingo a las urnas, bajo fuertes medidas de seguridad, para decidir entre la continuidad de un gobierno de izquierda o si vuelven a la derecha.
El candidato del gobernante Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, exguerrilla de izquierda), el vicepresidente Salvador Sánchez Cerén, figura en las encuestas favorito, seguido de cerca por el alcalde Norman Quijano, de la Alianza Repúblicana Nacionalista (Arena, derecha), aunque las encuestas prevén una segunda ronda, indicó AFP.
Sánchez Cerén, excomandante guerrillero de 69 años, busca retener con promesas de programas sociales el poder que alcanzó hace cinco años el FMLN con Mauricio Funes -primer presidente de izquierda en la historia del país-, mientras que Quijano, de 67 años, se propone recuperar el gobierno para Arena ofreciendo enfrentar con firmeza a las pandillas.
Tras el fin de la campaña electoral el miércoles, las calles de San Salvador quedaron tapizadas de banderas rojas del FMLN y la azul, rojo y blanco de Arena. Vehículos de militantes de uno u otro partido andan por las calles con sus emblemas, sin que se registraran incidentes.
«Esperamos elecciones tranquilas, en paz para que la mayoría de ciudadanos salga a votar porque la fuerza pública les cuidará», aseguró Funes a las misiones de los tribunales electorales de varios países y de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Funes celebró que el proselitismo transcurrió sin «incidentes de violencia» y adelantó que «el fantasma del fraude está descartado» en la contienda por los controles que ejercen los mismos partidos políticos y por la «transparencia» del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
En su programa de radio «Conversando con el presidente», Funes llamó este sábado a los ciudadanos a acudir a las urnas.
«Hoy es más fácil votar que antes, las opciones ahí las tienen ustedes enfrente, voten por la opción que estimen pertinente, pero vayan a votar, salgan mañana a votar», exhortó el mandatario.
Los resultados preliminares de los comicios del domingo, según el presidente del TSE, Eugenio Chicas, se conocerán hacia las 22H00 locales (04H00 GMT del lunes).
Seguridad y empleo
El gobierno que resulte electo, que deberá tomar posesión en junio, debe resolver el problema que genera la delincuencia común y las violentas pandillas, a pesar de sostener una tregua entre ellas redujo los homicidios de 14 a 6,8 por día.
Sin embargo, las extorsiones a pequeños empresarios como autobuseros y comerciantes, así como a ciudadanos en general, no han cesado, lo que hace dudar a muchos de la sinceridad de la tregua vigente desde marzo de 2012.
En el transitado paseo general Escalón y en algunas otras calles amaneció colgada este sábado entre los postes del tendido eléctrico una pancarta con el rostro de Sánchez Cerén y el de un pandillero tatuado con la inscripción «Un voto por el FMLN es un voto por las maras».
Arena acusa al FMLN de haber favorecido a las pandillas con la tregua, mientras que Funes sostiene que los planes de «mano dura» que gobiernos de derecha ejecutaron entre 1999 y 2009 «fracasaron».
El experto en temas de seguridad Juan Ramón Medrano comentó que el problema de las pandillas debe resolverse con «consistentes programas de reinserción» que involucre a los pandilleros y sus familias.
En las cárceles, según las autoridades, se encuentran 10.000 pandilleros, pero en las calles operan otros 50.000.
Tanto la derecha como la izquierda gobernante han denunciado «coacciones» a los electores por parte de las pandillas en barrios y colonias, pero el TSE negó que haya amenazas contra las elecciones.
A pesar que las pandillas anunciaron que respetarán las elecciones, miles de miembros del ejército y la policía civil vigilarán la jornada de votación.
Además del problema de inseguridad ciudadana, el próximo gobierno deberá encarar un país cuya economía apenas creció 1,9% en 2013, donde 40,7% de los 6,2 millones de salvadoreños vive en pobreza, y con niveles de subempleo del 30%.
«Espero que el nuevo presidente resuelva la seguridad en la calle y genere empleos», declaró Ricardo Cardoza, un desempleado de 30 años, quien sueña con trabajar para sacar su maestría en mercadeo.
El Salvador, que vivió una cruenta guerra civil que dejó más de 75.000 muertos entre 1980 y 1992, es una economía dolarizada, que tiene como un pilar las remesas (3.969 millones de dólares en 2013, 15,9% del PIB)que envían los salvadoreños residentes en el exterior, especialmente en Estados Unidos.
Fuente:El Universal
Imagen cortesía de El Universal