El Día del Padre se celebra en Venezuela el tercer domingo de junio de cada año. Esta fecha fue instituida en el año 1944 por el presidente Isaías Medina Angarita, quien buscaba promover la figura paterna y la importancia de la familia en la sociedad. Tal vez, y esto es mera conjetura, su génesis no se vincule tanto ahora al amor filial sino a las estrategias de mercadeo originadas en Madison Avenue, encauzadas a potenciar las ventas de curiosidades y artilugios inútiles, como ocurre con los días de la madre y de los enamorados, para citar sólo dos jornadas pensadas a fin de exprimir los bolsillos del consumidor.
En Estados Unidos, el festejo fue impulsado en 1910 por Sonora Smart Dodd, quien, inspirada por el ejemplar comportamiento de su padre, Henry Jackson Smart, modesto granjero que sirvió como sargento en la guerra civil, quiso rendirle homenaje. La iniciativa de su hija enfrentó cierto rechazo, pero terminó adquiriendo fuerza en algunos círculos que la apoyaron, por lo que pasó a celebrar no sólo a su progenitor —que según diferentes portales de la red de redes, se encargó, después de la muerte de su esposa, de criarla a ella y a sus 5 hermanos—, sino a los padres en general, en razón de sus diferentes labores. Había propuesto que se celebrara el 5 de junio en honor al cumpleaños de su papá, pero la Alianza Ministerial de Spokane de Washington eligió el tercer domingo de ese mes.
Así, el primer Día del Padre se festejó el 19 de junio de 1910. En 1966, el presidente Lyndon Johnson firmó un decreto proclamando el tercer domingo de junio como fecha para homenajear a los padres en todo el país; y, en 1972, Richard Nixon estableció una observancia nacional permanente del Día del Padre el tercer domingo de junio de cada año.
En otras partes del mundo, especialmente en el orbe católico, este emblemático día se conmemora el 19 de marzo, fecha consagrada a la veneración de San José, porque, en virtud de su relación con María y Jesús, sería epítome de la figura paterna.
Historia aparte, el Día del Padre siempre fue una fecha propicia para el encuentro familiar. Era la oportunidad de reunirse, de hablar y de comer. De darse un abrazo de verdad- Pero en Venezuela desde hace varios años se ha complicado celebrar al buen jefe de familia. Millones de esas familias se han roto por una huida multitudinaria que ha sustituido el apretón por la videollamada o el mensaje de voz. A otros los encontrará este día del padre con sus hijos a cuestas, atravesando quién sabe qué frontera. A los que puedan reunirse la situación económica probablemente los lleve a brindar modestamente, ojalá. O tal vez con agua (si hay). ¡Salud, papá!
Editorial de El Nacional
