Aunque hoy en día pueda presumir de su escultural físico, la atractiva actriz es una de las personas a las que el embarazo causó verdaderos estragos en su cuerpo, como también ha ocurrido a Kim Kardashian o Jessica Simpson. Así, Salma ha recordado cómo ganó cerca de 23 kilos antes de dar a luz a su hija Valentina, en 2007, un aumento de peso del que, aunque fue un momento complicado para ella, no se arrepiente de haber vivido.
«Gané muchísimo peso; tuve la oportunidad de ver mi cuerpo completamente deformado. Todo fue por una buena razón así que no me arrepiento ni por un segundo», explicó la actriz a la revista Glam Belleza Latina.
Sin embargo, la experiencia le ayudó a volver a apreciar su cuerpo, con sus defectos y sus virtudes.
«Ese fue el momento en el que comencé a apreciar mi cuerpo. Me di cuenta de que las cosas que había criticado tan enfervorecidamente no eran tan horribles al fin y al cabo», reconoció la mexicana.
Tras el parto, Salma fue capaz de recuperar la envidiable figura de la que disfruta hoy, a sus 46 años, algo en lo que no tenía muchas esperanzas tras el susto de ver su cuerpo «deformado».
«Conseguí recuperarla [mi figura original], por sorprendente que parezca», añadió.
Salma también aprovechó para lanzar una dura crítica a la sociedad actual y a los difíciles cánones a los que somete a las mujeres. Aunque ella cuenta con la confianza suficiente para afrontar la presión hollywoodiense –vive ajena a ello en París junto a su pareja François-Henri Pinault y su hija Valentina–, ha querido animar a las mujeres a que recuperen la confianza en sí mismas.
«[Las mujeres] tenemos que luchar cada día por tener confianza en nosotras mismas porque, hoy en día, vivimos en una sociedad muy cruel con las mujeres. Parece que tienes que ser lista, exitosa, buena madre, guapa, joven y delgada para ser considerada», apuntó./YG
Fuente:Agencias
