Esta sería una indudable buena noticia si en verdad no fuera tan “virtual” como el bolívar digital que inventaron con la última devaluación. El Banco Central de Venezuela anunció que 2021 cerró con una inflación de 686,4%; es decir, que en los doce meses del año pasado los índices de precios al consumidor variaron en cifras menores a 50%. ¡Qué gran logro!, dicen en Miraflores.
Lo que no explican es que llegaron a estas cifras no por la vía de unas políticas económicas correctivas de todos los desmanes que han hecho con los recursos del país. No se puede negar que frenaron un poco el gasto público, por supuesto en detrimento de la población, sobre todo de la asistencia social tan necesaria para más de 90% de los venezolanos.
Aunque la gente no logre entenderlo, el gobierno chavista consiguió la manera de mantener medio estable el tipo de cambio de bolívar por dólar, pero eso le ha costado a la nación 171 millones de dólares de las reservas internacionales líquidas que fueron inyectando los últimos meses del año para aumentar la oferta de dólares en el mercado. Por allí ya hay dinero que no se invierte sino en pañitos calientes y en crear ilusiones de estabilidad.
Pero las medidas que realmente podrían hacer sostenible una verdadera recuperación en este sentido, como el aumento de la producción nacional por la vía del estímulo de la empresa privada, están muy lejos de aplicarse. Al gobierno chavista no le interesa un país independiente económicamente ni mucho menos ciudadanos con buenos empleos y seguridad social. Los quiere a todos arrodillados dependiendo de las migajas que deciden ellos lanzar en forma de bonos de la patria.
Tampoco hacen nada para estimular el crédito, algo que evidentemente beneficiaría a grandes y pequeños inversionistas que sí quieren trabajar por el país de forma permanente. Así que esta victoria que cantan desde el ente emisor más bien es un espejismo que puede disiparse en cualquier momento o cuando no necesiten que vivamos más de las apariencias.
Sí, las cifras de inflación que emitió el BCV coinciden un poco con las de ONG como el Observatorio de Finanzas y otros analistas. Sin embargo, son precisamente los que no están en el gobierno los que opinan que para que se haga permanente se deben tomar medidas mucho más serias y claras.
Mientras tanto, algunos venezolanos ven correr los dólares como si fuera cosa normal sin darse cuenta de que las grandes mayorías no tienen esa posibilidad. ¿Cuánto durará esta luna de miel?
Editorial de El Nacional