El Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania) ha presentado los resultados de su estudio relativo a la domesticación por parte de los seres humanos deja una huella en el ADN de los animales, presentando los animales domésticos ciertas variantes genéticas que afectan a determinados procesos biológicos como el desarrollo facial, la coloración de la piel o incluso el cerebro.
Los investigadores examinaron el ADN de ratas de alcantarilla que habían sido criadas durante 70 generaciones para mostrarse agresivas o mansas hacia los humanos. Los resultados de ADN revelaron que las ratas dóciles o domesticadas tenían cambios genéticos en al menos 1.880 genes.
Comparando estas conclusiones con los análisis de ADN de otros animales domésticos comunes como perros, gatos, cerdos o conejos y sus respectivos compañeros pero en estado salvaje, los expertos hallaron un idéntico resultado: la domesticación tenía un cambio asociado en los genes para los factores de crecimiento epidérmico y otras proteínas que estimulan el crecimiento de las células.
Fuente: Sabías