La empresa estatal de energía finlandesa informó el viernes que Rusia le cortará el suministro de gas natural a Finlandia, después de que el país nórdico, que solicitó su ingreso en la OTAN esta semana, rechazara la exigencia del presidente ruso Vladimir Putin de pagar en rublos.
Se trata de la escalada energética europea más reciente relacionada con la invasión rusa de en Ucrania y el último país en quedar aislado tras rechazar el decreto de Rusia. Polonia y Bulgaria quedaron cortadas a fines del mes pasado, pero se habían preparado para la pérdida de gas o están recibiendo suministros de otros países.
Putin ha pedido que los “compradores extranjeros hostiles” abran dos cuentas en el banco de propiedad estatal Gazprombank, una para pagar en euros y dólares, como se especifica en los contratos, y otra en rublos. La compañía energética italiana Eni dijo esta semana que estaba “iniciando procedimientos” frente a la exigencia rusa de abrir una cuenta en euros y otra en rublos.
La Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea, ha dicho que bajo las sanciones de la UE, es aceptable que los países realicen pagos en las monedas que figuran en sus contratos y señalan formalmente que el proceso de pago ha concluido, pero que abrir una segunda cuenta en rublos los violaría.
Eso ha dejado a varios países luchando por decidir qué hacer a continuación. Finlandia rechazó el nuevo sistema de pago y la compañía de energía Gasum dijo que el suministro ruso se detendría el sábado. El director ejecutivo Mika Wiljanen calificó el corte como “muy lamentable”.
Según la emisora finlandesa YLE, el gas natural representó apenas el 6% del consumo total de energía de Finlandia en 2020 y casi todo provenía de Rusia. Eso es muy poco si se compara con el 40% de Italia y el 35% de Alemania. AP