El reporte de Reporteros Sin Fronteras llega justo cuando se cumple un aniversario del inicio de las protestas en Nicaragua contra el gobierno de Daniel Ortega, en cuyo mandato han sido encarcelados periodistas y se ha visto en crisis el trabajo de la prensa.
La edición 2019 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada por Reporteros sin Fronteras (RSF) observó que el autoritarismo y la desinformación continúan siendo los males que deterioran la libertad de prensa en América Latina.
Países como Nicaragua, Venezuela y Brasil fueron las naciones de la región donde se pudo constatar una mayor degradación de la libertad de prensa en 2018, según el informe divulgado el jueves.
El reporte llega justo cuando se cumple un aniversario del inicio de las protestas en Nicaragua contra el gobierno de Daniel Ortega, en cuyo mandato han sido encarcelados periodistas y se ha visto en crisis el trabajo de la prensa.
Así cubrió la Voz de América las protestas en Nicaragua:
Nicaragua sufrió la mayor caída en la región. Venezuela, indica el reporte, se encamina cada vez más a la «zona negra».
México y Cuba también cayeron en la lista de países donde más problemas de censura sufren los periodistas y medios.
Los resultados indican que en general las condiciones de trabajo de la prensa empeoraron en la mayoría de los países de la región, donde los periodistas aún padecen a menudo actos de violencia, presiones y la censura del Estado.
Censura de Estado y autoritarismo
Nicaragua se sumergió al descender 24 lugares, ubicándose en la posición 114 de la Clasificación, con lo que encara el mayor retroceso registrado en el continente americano.
La represión ejercida por el gobierno de Daniel Ortega contra la prensa independiente dio un nuevo giro en abril de 2018 con la agravación de la crisis política y las grandes protestas de la oposición en el país.
El texto alude a que «las autoridades estigmatizaron constantemente a los periodistas, quienes padecieron campañas de acoso y amenazas de muerte, sin contar las detenciones arbitrarias».
RSF argumentó que durante las manifestaciones, los reporteros nicaragüenses fueron agredidos con frecuencia –se les consideraba opositores–. Algunos de ellos se han exiliado, pues temen ser acusados de terrorismo y ser encarcelados, como algunos de sus colegas.
Venezuela
La situación también es muy preocupante en Venezuela, que está en el puesto 148, con lo que descendió cinco lugares y «se acerca peligrosamente a la zona negra de la clasificación».
El informe cita el autoritarismo de Nicolás Maduro, en el poder desde 2013: «Parece no tener límites».
Explica que en 2018 se intensificó la represión contra la prensa independiente.
«RSF registró un número récord de detenciones arbitrarias y de actos violencias perpetrados por las fuerzas del orden y los servicios de inteligencia venezolanos. En paralelo, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones de Venezuela (Conatel) privó de frecuencia de difusión a estaciones de radio y canales de televisión que consideró demasiado críticos con el gobierno y las autoridades detuvieron, interrogaron y expulsaron de su territorio a periodistas extranjeros», explicó RSF.
También ratificó que el deterioro de la situación ha empujado a numerosos periodistas a dejar país, para poder preservar su integridad física tras amenazas.
Cuba
RSF aludió también a los periodistas cubanos, quienes a veces también optan por el exilio para escapar del control permanente que ejercen las autoridades sobre la información, así como de la represión de éstas contra quienes consideran demasiado críticos.
«El hecho de que Cuba ascienda tres lugares en la Clasificación se debe sobre todo a que la cobertura de internet ha mejorado progresivamente en la isla, lo que permite que las voces independientes y los blogueros sean escuchados. El régimen castrista, ahora encarnado por el presidente Miguel Díaz-Canel, sigue siendo el peor calificado de la región por 22 años consecutivos», indicó el resumen de la clasificación que ubica a la isla en el puesto 169.
La situación de Bolivia, en el lugar 113, «no es menos alarmante»: «Siguiendo el modelo cubano, el gobierno del presidente Evo Morales, en el poder desde 2006, controla la información, censura y hace callar a las voces más críticas del país, lo que genera una fuerte autocensura entre los periodistas».
Miedo y autocensura
Según RSF el miedo y la autocensura se observan en muchos países de la región en los que existe un elevado grado de corrupción y de violencia.
«Es el caso de Centroamérica, en particular de El Salvador, que experimentó la segunda mayor caída de esta zona y se ubica en el lugar 81 de la clasificación», dijo el grupo.
Sobre El Salvador, dijo que «los periodistas a menudo padecen ataques armados y presiones; los políticos suelen tratar de intimidarlos».
Situación similar tienen países como Honduras, en el puesto 146 y Guatemala, en la posición 116, donde los periodistas que trabajan para la prensa de oposición y para los medios de comunicación comunitarios que se atreven a denunciar las malversaciones de funcionarios y políticos suelen ser agredidos, amenazados de muerte, incluso pueden ser asesinados, por lo que a veces los reporteros optan por el exilio.
México, el más peligroso
El país más peligroso del continente para la prensa sigue siendo México, en lugar 144.
En 2018 fueron asesinados al menos 10 periodistas. La colusión de políticos y funcionarios corruptos con miembros del crimen organizado, sobre todo a escala local, amenaza gravemente la seguridad de los actores de la información y obstaculiza el funcionamiento de la justicia a todos los niveles.
RSF dice que la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia, el 1 de diciembre de 2018, tras una campaña electoral marcada por innumerables agresiones a periodistas en todo el país calmó temporalmente la tensión entre el gobierno y la prensa mexicana.
Esta transición política, acompañada de una pequeña disminución del número de asesinatos en el país justifica el ligero progreso de México, dice RSF.
En medio de este sombrío panorama regional, Costa Rica sigue siendo una excepción y es el país mejor calificado del continente, ocupa el 10º lugar en la clasificación.
Voz de América