La presidenta Dilma Rousseff dijo que Brasil transitaba un camino económico seguro para retornar al crecimiento y que el Gobierno tenía la capacidad para pagar sus cuentas, según una entrevista publicada un día después de que el país perdiera su calificación crediticia de grado de inversión.
El miércoles, la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor’s rebajó la nota crediticia de Brasil a «BB+» desde «BBB-«, con panorama negativo, dejando al gigante sudamericano sin su codiciado grado de inversión, explicó Reuters.
La decisión es un duro revés para los esfuerzos del Gobierno de Rousseff, que está lidiando con llamados a un juicio político en medio de índices de aprobación para su Gobierno de un solo dígito.
Brasil cayó en su mayor recesión en un cuarto de siglo y el Gobierno intenta limitar el gasto, pese a la baja de los precios de las materias primas y la paralización del reciente auge del consumo doméstico.
En la entrevista publicada el jueves en el diario financiero Valor Economico, Rousseff dijo que Brasil «está pagando todos sus contratos y tenemos una estrategia económica clara».
«Vamos a regresar el país al crecimiento».
Brasil alcanzará un superávit de presupuesto primario el año próximo, dijo Rousseff, pese a que envió al Congreso un proyecto de presupuesto que prevé un déficit primario en 2016.
Cuando se le preguntó en la entrevista sobre las diferencias entre su ortodoxo ministro de Hacienda, Joaquim Levy, y el ministro de Planificación Nelson Barbosa, a quien se considera más heterodoxo, Rousseff respondió que ella estaba «a favor de una vía intermedia y de la armonía».
Rousseff dijo que Levy contaba con su confianza y que no iba a salir del Gobierno.
Consultada sobre la posibilidad de que presente su renuncia, Rousseff afirmó que «no me voy a ir».
«No voy a presentar mi renuncia. No debo nada y no hice nada indebido».
El Universal