El River Plate se impuso por 0-1 al Hiroshima Sanfrecce en la semifinal del Mundial de Clubes de Japón, un partido en el que los argentinos aprovecharon mejor sus oportunidades ante un rival que les puso en apuros en la primera mitad.
Gracias a un tanto de Alario a balón parado se disputarán el trofeo intercontinental el próximo domingo en Yokohama ante el vencedor del choque FC Barcelona-Guangzhou Evergrande, que se juega en la misma localidad al sur de Tokio.
El partido se disputó en un Estadio Nagai de Osaka (oeste) que se asemejaba al Monumental de Buenos Aires, ya que predominaban los colores blanco y rojo y los cánticos de la hinchada «millonaria» pese a jugarse en territorio nipón.
Desde el inicio el River se adueñó del centro del campo gracias a la actividad de Sánchez, Kranevitter y Pisculichi y a la presión adelantada. Pero los bonaerenses no eran capaces de generar ocasiones claras ante un rival que se reordenaba con rapidez.
Los nipones también empezaban a enseñar sus armas, en internadas por la banda de Kashiwa o con balones en largo y aprovechando los huecos que dejaba el River entre líneas.
Minagawa rozó el 1 a 0 en dos ocasiones que fueron salvadas por Barovero, la segunda con una estirada espectacular, mientras que Chajima obligó al meta argentino a realizar otra intervención decisiva después de un contragolpe.
En la segunda parte los nipones avisaban al contraataque mientras el River encontraba cada vez más espacios en la defensa nipona.
El River logró la ventaja cuando Alario cabeceó tras una pelota parada y la mala salida del meta nipón, que falló al atrapar el balón. Con su ventaja, el River se encontró más cómodo sobre el terreno de juego ante unos nipones que acusaban la acumulación de partidos -han disputado cuatro encuentros en once días -, y ambos equipos agotaron todos sus cambios en el tramo final.
El Nacional
