La oposición venezolana “se juega a Rosalinda”, hablando en criollo, con el referendo revocatorio este año, por dos razones fundamentales: solo un RR en 2016 garantizaría un cambio de Gobierno y el 60% de sus simpatizantes, según sondeos de la encuestadora Delphos, está convencido de que sí se puede dar este año.
Con la sombra ahora de juzgados penales cubriendo cada vez más la posibilidad de recoger las firmas con miras al revocatorio, la oposición puede perder su principal promesa de este año: convocar a un referendo revocatorio para cambiar al Gobierno, como prometieron desde el 5 de enero.
“No debemos llevarnos a engaño: la suspensión del revocatorio (…) muy probablemente será indefinida”, escribió en la web Prodavinci el profesor de Derecho y experto constitucionalista José Ignacio Hernández.
Cada vez las señales son más claras de que este año no habrá referendo y la oposición se expone a un nuevo episodio de “despecho” en sus electores que puede ser similar al de 2012, cuando después del 7-O, la derrota de Henrique Capriles ante Hugo Chávez, pareció como un efecto dominó en las elecciones de gobernadores de dos meses después.
Félix Seijas, de la encuestadora Delphos, asegura que “53,9% de los venezolanos está dispuesto a firmar y 66,2% votaría para revocar al Presidente”, según un sondeo realizado en septiembre.
El encuestador reveló, en un evento de Venamcham, que ese 66,2% representa “hasta 13 millones de personas”, suficientes para revocar al Presidente.
Todos estos escenarios aplican si el referendo se diera este año. ¿Qué pasa si la consulta se prorroga, como todo parece indicar, para el 2017.
El encuestador responde: “Un 30% del voto duro dice que no irá a votar, entonces la oposición se enfrenta con la posibilidad de no poder revocar al Presidente y esa es una derrota muy fuerte para ellos, tomando en cuenta que el chavismo está en su peor momento”.
Los números de los sondeos se replican exactamente igual en la dirigencia opositor. Ya Un Nuevo Tiempo, esa suerte de “oveja negra” de la coalición opositora, había dicho hace un par de meses que “si el referendo es el año que viene no lo apoyaremos”, advirtió Henrique Márquez.
La otra voz en contra de la apuesta de un referendo para el año que viene fue la de María Corina Machado, “conmigo no cuenten si se acuerda el referéndum revocatorio para el 2017”, tuiteó la dirigente, identificada con el ala radical de la MUD, en septiembre pasado.
Eso sin contar con la carta que el Ejecutivo todavía no ha jugado. El presidente Nicolás Maduro podría echar mano de su ‘bullpen’ para cambiar al inquilino del despacho de Carmelitas, de momento ocupado por un hombre de diálogo, Aristóbulo Istúriz.
Jugada en la cual el influyente gobernador de Carabobo, Francisco Ameliach, tiene a su candidato: Diosdado Cabello, quien distanciado de la AN, cada día aparece en masivas concentraciones como eje central del chavismo en el termómetro político de la calle.
“Los chavistas no queremos revocatorio. Tenemos que ponérsela difícil en el marco de la Constitución”, dijo Cabello, ante seguidores que marcharon recientemente hasta la sede del Parlamento, coreando “¡Referendo revocatorio, no hay!”.
En medio de un escenario adverso, la gran duda sigue siendo qué margen de acción tiene la MUD, dado que las marchas por el referendo han tenido tímida participación, con excepción del pasado 1 de septiembre, cuando aseguran haber reunido un millón de personas.
Para el constitucionalista José Vicente Haro “el referendo era una válvula de escape”. “Cuando se cierra las vías institucionales se promueve la violencia y mayor conflictividad política”, afirmó.
Henrique Capriles, uno de los principales promotores del referendo, delineó la que será la nueva estrategia opositora
convocó a los venezolanos “a tomar a Venezuela de punta a punta” el próximo miércoles, sin dar detalles de la naturaleza y duración de esa protesta. “Ese día, para que lo tengan claro: Ojalá que los señores y quienes están en el CNE (…) recapaciten y echen para atrás la decisión inconstitucional”.
“El régimen necesita que se produzcan uno de los dos escenarios: o la violencia o la sumisión”, dijo Jesús Torrealba, secretario ejecutivo de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), en rueda de prensa.
Más allá de la polarización de los liderazgos, el futuro del revocatorio es desde la noche del jueves más incierto con juzgados penales sumados ahora a un debate que parecía estrictamente político.
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