Altos funcionarios estadounidenses viajaron a Venezuela para mantener conversaciones con el gobierno del presidente Nicolás Maduro, buscando determinar si Caracas está preparada para distanciarse de su cercano aliado Rusia en medio de su invasión de Ucrania, según una fuente familiarizada con el asunto.
El viaje, la visita de más alto nivel de Estados Unidos a Venezuela en años, se produjo como parte de un esfuerzo de Estados Unidos para aislar al presidente ruso Vladimir Putin. Algunos analistas también ven a Venezuela, sancionada por Estados Unidos, como una potencial fuente alternativa de suministro de petróleo en caso de que Washington intente restringir los envíos de energía de Moscú.
Funcionarios estadounidenses y venezolanos mantuvieron una ronda de conversaciones el sábado pero no llegaron a ningún acuerdo, dijo la fuente a Reuters bajo condición de anonimato. No estaba claro si se celebraría una nueva reunión.
La visita, en la que participaron altos funcionarios de la Casa Blanca y del Departamento de Estado, fue reportada por primera vez por el New York Times.
La Casa Blanca y el Departamento de Estado no respondieron inmediatamente a una solicitud de comentarios.
El gobierno de Estados Unidos ha evitado en gran medida los contactos directos con el gobierno socialista de Maduro en los últimos años.
Los dos países rompieron relaciones diplomáticas en 2019 en medio de una campaña de sanciones estadounidenses y presión diplomática destinada a derrocar a Maduro, un viejo aliado de Putin.
La administración del ex presidente estadounidense Donald Trump y decenas de otros países consideraron que la reelección de Maduro en 2018 fue una farsa y, en su lugar, reconocieron al líder de la oposición Juan Guaidó como presidente legítimo del país.
Pero Maduro ha conservado el poder con el respaldo de los militares del país miembro de la OPEP, así como de Rusia, China, Cuba e Irán.
La administración del presidente Joe Biden ha insistido en que no levantará las sanciones, incluidas las impuestas al vital sector petrolero de Venezuela, a menos que Maduro tome medidas concretas para celebrar elecciones libres.
Mientras que las exportaciones de petróleo de Venezuela han recibido un gran golpe, las empresas petroleras y los bancos rusos han desempeñado un papel clave para ayudar a Maduro y a la compañía petrolera estatal PDVSA a evadir las sanciones de Estados Unidos y continuar con los envíos.
Estados Unidos y sus aliados han recibido una creciente presión para castigar aún más a Rusia por su arremetida militar contra Ucrania sancionando las exportaciones de petróleo y gas de Rusia, y la Casa Blanca ha dicho que todas las opciones siguen sobre la mesa.
Algunos comentaristas han sugerido que el alivio de las sanciones a Venezuela podría proporcionar una fuente alternativa de suministros energéticos globales, aunque los críticos dicen que no se debe permitir que Maduro se beneficie sin cambiar su comportamiento.
El 25 de febrero, Venezuela culpó a Estados Unidos y a la OTAN de la crisis en Ucrania, aunque expresó su «preocupación por el agravamiento de la crisis» en ese país. Cuba y Nicaragua también han defendido la postura de Putin sobre Ucrania.
En una llamada telefónica del 1 de marzo, Putin y Maduro discutieron la situación en Ucrania y hablaron de aumentar una asociación estratégica entre Rusia y Venezuela, informó la agencia de noticias Interfax, citando al Kremlin.
Reuters