El suministro de avena, pulpa y concentrados de frutas, pasta de tomate y otros insumos para la industria de alimentos depende de importaciones. Las empresas procesadoras informan que hay retrasos en la entrega y aprobación de los certificados de no producción por parte del Ministerio de Alimentación y en algunos casos hasta se han rechazado las solicitudes, lo que paraliza la importación.
“Tenemos muy bajos inventarios de pulpa de fruta y de avena, a lo que se suma una normativa que prohibirá la importación de pasta de tomate a menos que se compre producción nacional, pero aún no hay suficiente producción del rubro para uso industrial, por lo que se debe seguir otorgando el permiso de compra en otros países”, dijo un empresario de la agroindustria.
La mayoría de los concentrados y pulpas de fruta como manzana, pera y durazno se importan de Chile y requieren certificados de no producción para que las empresas coloquen las órdenes de compra y a su vez procesen las solicitud de adquisición de divisas a través de Cadivi. Desde noviembre de 2011 los precios nacionales de los jugos pasteurizados están congelados y en marzo de 2012 se redujo el precio al consumidor. “Además de que tenemos problemas para importar insumos, los costos de producción se han incrementado y el control de precios impide a las empresas ajustarlos. La situación es delicada”, señaló un representante de la Asociación de Productores de Leche, que participa en el mercado de procesamiento y venta de jugos.
En el caso de la avena, las empresas consumen 1.800 toneladas al mes y también hay inconvenientes para importarla por retrasos en la entrega de certificados.
El ministro de Agricultura, Yván Gil, informó esta semana que se restringiría la importación de salsas y pasta de tomate para uso industrial como una medida para incentivar la compra de tomate industrial de producción nacional. Las empresas necesitan alrededor de 2.000 toneladas de concentrado de tomate para procesar distintas salsas.
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