El desplome de las reservas internacionales de Venezuela sigue imparable. Al cierre del mes de abril el saldo se ubicó en 6.333 millones de dólares, incluyendo los permanentes 3 millones de dólares que subsisten en el extinto Fondo de Estabilización Macroeconómica (FEM). La contracción mensual fue de 685 millones de dólares.
Esta situación se produce en un momento cuando el gobierno de Estados Unidos ha denunciado que Venezuela envió, presuntamente, 9 toneladas de oro a Irán, como pago a la colaboración del gobierno persa, con equipos y expertos, para restablecer el funcionamiento del Complejo Refinador de Paraguaná.
Extraoficialmente, se estima que las reservas líquidas en poder del Banco Central de Venezuela (BCV) apenas ascienden a 750 millones de dólares.
La balanza de pagos del país se ha venido debilitando lo que obligó al gobierno de Nicolás Maduro a dejar de pagar, desde hace más de dos años, la deuda expresada en bonos, un default que llegó a ser total, una vez que se dejaron de cancelar el capital e intereses del Bono Pdvsa 2020, que tiene como colateral 51% de las acciones de Citgo.
Un país que llegó a registrar ingresos superiores a los 80.000 millones de dólares anuales y a realizar importaciones superiores a los 40.000 millones de dólares durante un largo e histórico boom petrolero que duró desde 2004 hasta 2012, no tiene reservas internacionales superiores a 10.000 millones de dólares desde mayo de 2018, cuando el corte del día 25 dio un saldo de 10.053 millones.
Las reservas en lo que va de 2020 se han mantenido en mínimos históricos. Hubo una relativa recuperación en marzo, cuando el saldo superó el umbral de los 7.000 millones de dólares, para volver a caer a principios de abril. En lo corrido de año, el máximo de reservas se ubica en 7.018 millones de dólares.
Al 29 de abril, la caída anualizada de las reservas se ubica en 20,71%, que representa una reducción de 1.654 millones de dólares.
FUENTE: Banca y Negocios