Diario La Nación citando AFP indica que Milaide Nader era administradora en Venezuela, pero en República Dominicana arregla cejas en un puesto ambulante: es indocumentada y no puede acceder a un trabajo formal, pero un programa de regularización del gobierno puede cambiar su situación.
Unos 115.000 venezolanos viven de forma irregular en República Dominicana, país de casi 11 millones de habitantes.
Nader llegó a Santo Domingo hace tres años huyendo de la crisis en su país. Entró como turista y se quedó.
Sin papeles no puede abrir una cuenta bancaria ni acceder a la seguridad social. Para el Estado dominicano, no existe.
«Se nos cierran muchas puertas, no podemos trabajar en lo que queremos», dice a la AFP Nader, de 35 años y natural de Maracaibo (estado Zulia, oeste de Venezuela). «Por no tener papeles (…) no nos dan la oportunidad».
«La mayoría de los venezolanos aquí somos profesionales y queremos ejercer lo que estudiamos», añade junto al puesto ambulante donde arregla cejas y coloca pestañas postizas: una silla atravesada en la acera de una avenida de Santo Domingo.
El gobierno anunció en enero un «plan de normalización» que arrancó esta semana con un censo de indocumentados y que contempla, en primer lugar, regularizar su situación migratoria con el pago de una multa única de unos 115 dólares.
Ese paso le otorgará 60 días a la persona para salir del país o solicitar una visa de trabajo ante el Ministerio de Exteriores, renovable cada año, y posteriormente un documento de identidad.
El proceso, que no estipula un proceso de residencia permanente, cuesta en total unos 300 dólares por persona, más que un salario mínimo de 230.
Es un monto alto para muchos de estos migrantes que normalmente consiguen trabajos mal pagados.
Dilcia Rojas, de 40 años, trabajó por ejemplo como doméstica por menos del salario mínimo. Hoy vende jugos en la calle junto a su hijo de 10 años, esperando «poder salir y volver a entrar sin ningún problema» a República Dominicana con este proceso.
«Es mi preocupación porque tengo otro niño en Venezuela y tengo tres años sin verlo porque no puedo salir», expresa.
Fuente: Diario La Nación