Noche increíble, mágica, épica, fantástica y llena de goles disfrutó el Barcelona este miércoles en el Camp Nou para destrozar al París Saint-Germain (PSG) con resultado de 6-1 (6-5 global) y clasificar a los cuartos de final de la Champions League.
No había ningún precedente; tenía que ocurrir un milagro para remontar. Y es que solo los más optimistas se imaginaron que el vigente campeón de España iba a superar aquella paliza por 4-0 que recibió en París por el Día de San Valentín.
Pero Luis Enrique y sus muchachos tenían la confianza de romper los pronósticos y escribir una de los capítulos már importantes en la historia del fútbol. «Si un rival puede marcarnos cuatro goles, nosotros le podemos meter seis», fueron las palabras del estratega en rueda de prensa antes del compromiso.
FOTO: FC BARCELONA
Para los conocedores del deporte rey lo más difícil para lograr una remontada es marcar el primer gol; el Barcelona lo consiguió a los tres minutos de partido, por medio de Luis Suárez.
El PSG estaba encerrado en su propio campo. Parecía que jugaba en función del marcador global, cediéndole espacios a un rival sin mucho brillo, pero con las ganas de volver a mojar las redes.
Al 40′, Andrés Iniesta apareció dentro del área y remató de espaldas sobre el césped con el talón, donde Layvin Kurzawa, en su intento de despeje, envió el esférico a su propia puerta.
Carrusel de emociones
La segunda mitad no pudo iniciar de la mejor forma para el cuadro catalán, pues Lionel Messi marcó desde el punto penal al 50′ y solo faltaba una diana para empatar la eliminatoria, siempre y cuando los parisinos no vacunaran.
El sueño de clasificar a cuartos para los aficionados blaugranas duró hasta el 60′ cuando Edinson Cavani, quien había pegado un balón al poste, aprovechó un descuido de la zaga culé y perforó la valla. Posteriormente, el artillero charrúa tuvo un mano a mano en el que Marc-André ter Stegen supo reaccionar.
FOTO: UEFA CHAMPIONS LEAGUE
Pero el fútbol es un deporte impredecible, cualquier cosa puede pasar hasta que el árbitro pite el final.
Cuando prácticamente las esperanzas se habían acabado, Neymar, uno de los más insistentes del choque, marcó de libre directo al 88′ y amplió la cuenta desde los 11 pasos dos minutos más tarde; eso sí, la presentación del conjunto que estaba de local no era la mejor.
Los de blanco habían delimitado una frontera en el borde del área. El tiempo reglamentario ya estaba agotado. El cronómetro marcaba cinco minutos de agregado y en la última jugada el Barcelona concretó la remontada soñada gracias a Sergi Roberto, quien había entrado de cambio por un intermitente Rafinha.
Hubo lágrimas de alegría por un lado y un llanto desconsolado por otro. Lo cierto es que el equipo de Luis Enrique hizo historia y firmó su pase a la siguiente fase del torneo a nivel de clubes más prestigioso del viejo continente.
EFE