Cuando la piel recibe una permanente y fuerte presión los vasos sanguíneos situados debajo de una ampolla liberan un suero que se almacena poco a poco despegando la piel. En otras ocasiones, puede tratarse de la manifestación de una pequeña deshidratación local e incluso una quemadura de segundo grado por las radiaciones solares u otra fuente de calor.
Para tratarlas se recomienda
1. Nunca romper la ampolla ya que esto permitirá el acceso de germenes desde la superficie de la piel o el exterior hasta las capas más profundas con notable riesgo de infección.
2. Sacar el líquido limpiando con agua oxigenada la ampolla y luego atravesarla con la ayuda de una aguja estéril, unida a un hilo impregnado en alcohol, que pasará por toda la ampolla y absorberá su contenido
3. Cubrir la ampolla con una tirita o gasa pequeña durante 2 o 3 días, en este tiempo, la piel madura poco a poco para formar una nueva piel.
Para prevenir las molestas y dolorosas ampollas evita usar prendas y calzado apretados. Se recomienda utilizar calcetinesde algodón.
Fuente: Mujeres