La refinería de Amuay, que forma parte del mayor centro refinador del país con una capacidad total de 955.000 bpd, ha sufrido constantes tropiezos operacionales desde que en agosto se produjo allí el mayor accidente en la historia de la industria petrolera local, dejando más de 40 muertos.
El flexicoquer es la unidad que elabora combustibles terminados como la gasolina y el diésel.
“Se detuvo por medidas preventivas. Hace dos meses se había detectado la fuga en la línea de transmisión, que fue corregida, pero ha vuelto a presentar problemas”, dijo Iván Freites, secretario del sindicato de trabajadores del CRP.
La estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) no estuvo disponible de inmediato para confirmar la información.
Amuay, de 645.000 bpd de capacidad, no ha podido recuperarse plenamente del accidente, pese a que PDVSA esperaba su restablecimiento pleno para fines de año. En noviembre, una fuga de coque líquido ya había motivado la detención por varios días del flexicoquer.
Esta situación impulsa desde hace meses la demanda de combustible importado en el país socio de la OPEP.
Mientras disminuyen las exportaciones de derivados a mínimos históricos, entre enero y octubre Venezuela importó de Estados Unidos un promedio de 72.000 bpd de combustibles, con un récord de 196.000 bpd en septiembre, según cifras de la Administración de Información Energética de ese país.
A esta situación se suman las fallas y paradas por mantenimiento en la vecina Cardón, que en noviembre sufrió un incendio menor y actualmente tiene paralizado el reformador de nafta, el complejo de lubricantes, el complejo de hidrodesulfuración y varias plantas de alquilación, agregó Freites.
“De una capacidad de 310.000 bpd, Cardón ha estado operando en unos 240.000 bpd en los últimos días”, dijo. // RJSB
Fuente: La Patilla