Identifica el problema, comparte con tu pareja palabras tranquilizantes y, por último, practica nuevas posiciones en la cama.
A. Los suegros
Di esto «Salgamos a caminar un rato». Por qué funciona esto Dar una caminata con ella o acurrucarse en una silla de jardín le recordará que, al final del día, solo importan ustedes dos. Preocúpate de lo que funciona para ti y no lo que funciona para los papás de ambos.
B. Los asuntos sin importancia
Di esto «Sé que estás enojada por (lo que sea), pero parece que tienes algo más, ¿Qué te parece si hablamos de ello?». Por qué funciona esto Si tú crees que ella exagera puede ser que un asunto más grande se encuentre alimentando su rabia. Eso es precisamente lo que debes averiguar… y abordar de manera tranquila.
C. Un buen padre
Di esto «Tenemos que encontrar el equilibrio entre ser estrictos o flexibles. ¿Cuándo crees que deberíamos ser lo uno o lo otro?». Por qué funciona esto Los estilos de crianza firmes y flexibles pueden coexistir, si los dos padres trabajan unidos. No necesitas ser siempre el chico malo. ¿O sí?
D. Por razones desconocidas
Di esto «OK, hay que concentrarnos. ¿Cuáles son las cosas que podríamos hacer de una manera distinta?». Por qué funciona esto En ocasiones, ella solo necesita sacar su coraje. Dirigir su energía a la acción, en vez de a la cólera, lo cual podría calmar sus nervios. // IPP
Fuentes: Laurie Puhn, abogada y autora de Fight Less, Love More: 5-Minute Conversations to Change Your Relationship without Blowing Up or Giving In