El presidente François Hollande se va a dirigir rápidamente a los franceses, pendientes de un cambio de gobierno tras la rotunda derrota de los socialistas en el poder en las elecciones municipales del domingo.
Hollande tomará la palabra «tal vez en la televisión», anunció este lunes el ministro de Agricultura, Stéphane Le Foll, sin otras precisiones, en momentos en que arrecian las conjeturas sobre una recomposición del gabinete que podría arrastrar al propio primer ministro, Jean-Marc Ayrault, informó AFP.
Hollande, que bate récords de impopularidad, reconoce la magnitud del sismo electoral, que ha dado alas a la oposición de derecha y a la ultraderecha, cuando aún no llegó a la mitad de su mandato (2012-2017).
«Es una derrota, no vamos a andarnos con rodeos», dijo ya el domingo uno de sus colaboradores.
«Es una derrota local y nacional para la izquierda y el gobierno», reconoció el ministro del Interior Manuel Valls, favorito para tomar la dirección del próximo gabinete.
El varapalo llega además a dos meses de las elecciones europeas del 25 de mayo, que se presentan poco halagüeñas para la izquierda.
Según un sondeo BVA para el diario Le Parisien, el 74% de los franceses no quiere que Ayrault siga al frente del gobierno.
Los electores de izquierda han fallado en su movilización, contribuyendo a una abstención histórica (del 36,3%) y parecen no haberle perdonado al presidente su incapacidad de hacer bajar el paro, que en febrero alcanzó un récord de 3,34 millones de demandantes de empleo.
A esta presión electoral se suma la de los datos macroeconómicos.
Según datos oficiales publicados este lunes, Francia registró un déficit público de 4,3% del PIB en 2013, superior a la meta de 4,1% que el gobierno se había comprometido a obtener ante la Comisión Europea.
La deuda pública de la segunda economía de la zona euro trepó del 90,6% de 2012 a 93,5% en 2013.
PIDEN CAMBIOS URGENTES
Varios dirigentes de izquierda han reclamado raudos un cambio de orientaciones políticas.
El influyente diputado socialista Jean-Christophe Cambadélis pidió «cambiar de trayectoria», con más «solidaridad» con los más modestos. Además abogó por indicar a los socios europeos de Francia «que la política de austeridad, tal y como se está llevando a cabo, no se puede soportar más».
Hollande se ha comprometido a recortar el gasto público en 50.000 millones de euros de aquí al final de su mandato en 2017.
Jean-Vincent Placé, líder de los senadores ecologistas, socios de gobierno de los socialistas, amenazó con una ruptura de la alianza si el gobierno no cambia de dirección.
Placé dijo que el «pacto de responsabilidad» promovido por Hollande, consistente en una reducción de la carga impositiva a las empresas para que éstas puedan así crear empleo, «no se puede votar tal y como está ahora».
Los socialistas han perdido al menos 155 ciudades de más de 9.000 habitantes, algunas de ellas bajo administración de izquierda desde hace más de un siglo. Con esto, la derecha arrebata a la izquierda el estatuto de primer poder local.
El PS logró no obstante mantener Lille (norte), Estrasburgo, Lyon (este), Nantes (oeste) y sobre todo París, gracias a la francoespañola Anne Hidalgo, primera mujer en dirigir la Ciudad Luz.
El ultraderechista Frente Nacional, casi ausente hasta ahora a nivel local, se alzó con once ayuntamientos y entra en «una nueva etapa», según su presidenta, Marine Le Pen.
EU