Empleados de la empresa, algunos cargos directivos, elogian la postura de Twitter de moderar comentarios de los políticos en un momento en el que el fundador del gigante de internet defiende la libertad de expresión aunque contengan informacioes que pueden vulnerar sus normas de uso
La sucesión de los acontecimientos ha sido tan rápida que sorprende. El detonante de una histórica huelga de trabajadores en Facebook, el gigante de internet estadounidense, han sido las políticas de su fundador Mark Zuckerberg hacia los mensajes del presidente Donald Trump. Una pequeña acción ha provocado que se prendiera una mecha que ya era demasiado corta desde hace un tiempo. Muestras de disidencia, parones virtuales y comentarios negativos a su jefe han visibilizado el descontento interno por la decisión de no verificar los mensajes de los políticos.
Un grupo de empleados críticos con la decisión de Zuckerberg de no actuar sobre los comentarios incendiarios de Trump sobre las protestas en Estados Unidos han empezado a mover ficha para dar a conocer las tensiones internas de la compañía. Algunos de ellos, incluso, han elogiado la postura de Twitter de actuar sobre los mensajes de los dirigentes políticos. De esta manera, el empresario empieza a quedarse solo. Defiende la libertad de expresión para que los políticos digan lo que quieran, incluso saltándose sus propias reglas de uso de sus plataformas.
Esta rebelión interna ha agitado aún más la tensa relación entre Facebook y los poderes políticos en los últimos años. Al menos tres profesionales que se han mostrado en contra de las políticas adoptadas por Zuckerberg son cargos directivos, lo que acrecenta aún más las dudas sobre la estrategia para hacer frente al debate público.
«Mark [Zuckerberg] está equivocado y me esforzaré para hacerle cambiar de opinión», escribió Ryan Freitas, que se presenta en la red Twitter como director de diseño de producto para NewsFeed de Facebook. Jason Toff, director de gestión de productos, escribió: «Trabajo en Facebook y no estoy orgulloso de cómo nos estamos presentando. La mayoría de los compañeros con los que he hablado sienten lo mismo. Estamos haciendo que se escuche nuestra opinión».
La raíz del problema se encuentra en la advertencia que asoció Twitter, red de micromensajes, a unos mensajes de Trump en el que decía que «cuando comienza el saqueo, comienza el tiroteo» tras los disturbios por la muerte de George Floyda manos de la policía. Twitter dijo que el mensaje violaba sus reglas al considerarlo como glorificación de la violencia. Una medida que provocó el enfado del presidente, que ha rescatado una ley antigua para pulsar a las redes sociales a identificarse como medios de comunicación si deciden tratar comentarios de sus usuarios. En otro mensaje anterior, Trump hablaba de fraude electoral y mostraba sus dudas sobre el voto por correo, lo que provocó que se etiquetara como información falsa.
Los disturbios, que han dado el salto a nivel nacional, estallaron después de la muerte de un hombre negro bajo custodia policial en Minneapolis el pasado lunes. Las imágenes de video muestran a un oficial blanco arrodillado en el cuello del detenido durante casi nueve minutos antes de morir. Las primeras hipótesis apuntan a que murió por asfixia. Desde entonces, la posición de Facebook ha sido clara: no tomar medidas sobre los mensajes de los políticos. Y el momento no puede ser más delicado, puesto que en noviembre se celebrarán las próximas elecciones presidenciales. La anterior convocatoria electoral, en 2016, las redes sociales jugaron un papel preponderante que, después de diversos escándalos, han tenido que incorporar mecanismo de revisión de contenido.
En un comunicado publicado el viernes, la empresa de internet calificó a los mensajes de Trump de «profundamente ofensivos» pero aseguró que no vulneraban las reglas de uso sobre incitación a la violencia. En la misma publicación, Zuckerberg, quien la semana pasada se esforzó por distanciar a su empresa de la lucha entre Twitter y Trump, también avanzó que había estado en contacto con la Casa Blanca para explicar sus políticas. En una intervención ante el Congreso en octubre, Zuckerberg decía: «Nuestra política es que no verificar el discurso político. Creemos que en una democracia es importante que la gente pueda escuchar por sí misma lo que dicen los políticos».
ABC.es
J.M. Sánchez