La televisión pública venezolana es de Nicolás Maduro Moros. El episodio más reciente de su poder mediático es Factor M, un reality show conducido por Winston Vallenilla -pasado de revoluciones- que transmite la Televisora Venezolana Social (TVES) y el cual se desarrollará en ocho episodios con el único objeto de buscar un jingle para la campaña presidencial de Nicolás Maduro Moros.
TVES, hay que recordarlo, es la señal pública que sustituyó el 27 de mayo de 2007 a la histórica imagen de Radio Caracas Televisión (RCTV) -el primer canal de televisión abierta en Venezuela fundado en 1953-, cuya concesión no fue renovada por el gobierno de Hugo Chávez, en ruta a establecer la «hegemonía comunicacional» que define en la actualidad el panorama mediático en Venezuela. Se trató, en verdad, de un «apagón» anunciado para callar la voz crítica que, con sus aciertos y sus errores, como todo medio privado, constituyó una referencia para los venezolanos por su oferta informativa y de opinión, cultural y de entretenimiento.
En el primer episodio del bodrio oficial Factor M se expone su esquema de desarrollo: presentación de 35 artistas que serán examinados por un jurado de artistas también, claramente identificados con el gobierno, que deberán seleccionar seis «propuestas» para la campaña presidencial del hombre que ocupa la silla de Miraflores y que espera seguir sentándose en ella durante seis años más. El ciclo cierra con «una gran final» en el Polieeedro de Caracas, y se alarga la voz de Vallenilla, el fan número uno del susodicho.
Camila Fabri, la esposa de Alex Saab, de profesión: presunto testaferro, está detrás de la idea de la producción y el casting de Factor M. Fabri, que se define en Instagram como defensora de derechos humanos «y de la verdad en Venezuela», nacida en Roma, formó parte, o la sigue formando, del equipo negociador del gobierno con la oposición democrática venezolana.
Precisamente, en el Acuerdo de Barbados suscrito el pasado 17 de octubre entre las delegaciones negociadoras del gobierno y la Plataforma Unitaria Democrática se acordó la «promoción del equilibrio en los medios de comunicación públicos y privados, así como asegurar la igualdad de todos los candidatos en el acceso a los medios de comunicación y redes sociales, nacionales e internacionales, así como en espacios públicos bajo la administración del Estado, dentro del marco previsto en la legislación nacional.
Factor M es la evidencia de que ese párrafo del Acuerdo es letra muerta, con la anuencia de quien, entre otros, estampó su firma al pie del documento negociado. A los ventajismos electorales, aunque les pongan música ventajismos son.
Factor M se suma a una lista de arbitrariedades, trampas y atropellos del proceso electoral en marcha que, en sentido contrario a lo que pretenden, redobla la convicción de las fuerzas democráticas de participar y hacer valer la fuerza de los votos para la recuperación democrática del país. El factor multitud es el decisivo.
Editorial de El Nacional