El Real Madrid pasó miedo al recibir dos goles de Marco Reus; sin embargo, consiguió el pase frente al Borussia Dortmund con un estelar Iker Casillas. El Chelsea, en tanto, resucitó después que muchos le daban por muerto.
El Madrid, que tuvo a Cristiano Ronaldo en el banquillo por las molestias del astro portugués en la rodilla izquierda, comenzó bien. Tuvo un penalti en el minuto 16 del partido. Cobró Ángel Di María y el portero de los alemanes, Roman Weidenfeller, detuvo el disparo del argentino.
El Dortmund, entonces, se creció. La primera señal de lo que venía fue un remate de Robert Lewandowski.
A los 27, los teutones se adelantaron. Un grave error de Pepe y una mala salida de Iker Casillas de su arco, abrieron la puerta para que Reus anotara a puerta vacía.
El Dortmund siguió presionando. Casillas evitó una nueva caída de su portería ante un remate de Mats Hummels.
A los 37, llegó el segundo tanto de los germanos. Casillas desvió ligeramente un disparo en el área de Lewandowski y el balón pegó en el poste. El rebote le cayó a Reus, quien amplió las distancias.
Tras el descanso, los alemanes estuvieron a punto de marcar nuevamente, cuando Henrikh Mkhitaryan pegó una pelota en el poste a los 65.
El mismo Mkhitaryan tuvo otra ocasión clara. Casillas, de nuevo él, detuvo su tiro.
A su arquero se encomendó el Real Madrid, porque el Dortmund continuó su asedio. Esta vez el cancerbero desvió un chut de Kevin Grosskreutz en el 70.
Pero el Madrid también respondía con Karim Benzema. El francés se quitó a dos defensores en el área y disparó. Weidenfeller evitó el gol merengue. El guardameta volvió a intervenir después para salvar a los suyos en un peligroso envío del galo que buscaba a Gareth Bale.
El Chelsea, por su parte, ganó 2-0 en Londres, un resultado que les da el pase por el valor doble del gol de visitante que lograron en París.
Se puso arriba gracias a André Schürrle en el minuto 32. El autor de esa anotación ingresó en el 18 por un Eden Hazard que tuvo que abandonar la cancha prematuramente por una lesión.
Al borde del final, en el 87, volvió a golpear por intermedio de Demba Ba, con lo que desató la euforia en el equipo de José Mourinho.
Fuente: eluniversal