El presidente del Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro y secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, Ramón Guillermo Aveledo, participó este miércoles en el coloquio “El Legado de Nelson Mandela”, donde se intercambiaron ideas sobre el líder sudafricano y sus aportes en el área de Derechos Humanos y la defensa de los valores democráticos, entre otros.
Aveledo destacó que en Venezuela siempre se ha admirado la figura y el papel de Madiba -como era llamado en señal de cariño- prueba de ello fue la entrega, por motivo del Bicentenario del Libertador, del Premio Internacional Simón Bolívar de la UNESCO (1983), galardón que compartió con el Rey Juan Carlos de España. “Aquel fue el primer reconocimiento internacional conferido a quien aún permanecía en presión, 10 años antes de que le fuera atorgado el Premio Nobel de la Paz”, resaltó.
“Nos enorgullece que, a lo largo de varios gobiernos democráticos, independientemente de la tendencia política de los presidentes, Venezuela votó y siempre cumplió las resoluciones de la ONU que condenaba el apartheid y sancionaba al régimen racista. No podía ser de otra manera”, explicó Aveledo.
El secretario ejecutivo de la Unidad, mencionó que entre las lecciones que se pueden aprender de Mandela están la tolerancia y el respeto. “No se construye una sociedad sin ello”, agregó. También la perseverancia y la paciencia. “La impaciencia no es una virtud. Cambiar las cosas en un país es un juego largo y no se puede tratar de hacerlo si hay imposiciones de una u otra parte, eso no conduce a cambios verdaderos sino a la violencia, al odio y por lo tanto a perdidas. Si por el contrario uno trata de perseverar en propiciar los cambios que reúnan a la nación entera, entonces estos son posibles”, indicó.
DIÁLOGO Y RECONOCIMIENTO
Aveledo explicó que parte de los logros de Mandela fue tener voluntad de diálogo y esto pasa por el reconocimiento del otro. “Se debe estar convencido de que es necesario el otro para la solución del problema. La lucha está, aunque ambas partes sostengan sus puntos de vista en convertir al otro no para que cambie de posición, sino a que tenga disposición al diálogo”, aseveró.
Por último recordó que Mandela, pese a pasar 27 años en la cárcel no se afincó en el resentimiento “más bien se dio cuenta de que la violencia no era el camino. Si en una sociedad donde las diferencias son tan abismales que se llevan a flor de piel se pudo, cómo no se va a poder en otras donde los problemas son mucho más sencillos”.
Posteriormente tomó la palabra la doctora Teresa Albanes, ex directora regional de UNICEF para América Latina y el Caribe, quien explicó cual fue el trabajo de la organización a la que representaba durante las negociaciones, junto con el entonces presidente de Sudáfrica, Frederik Willem de Klerk, para conseguir una democracia multirracial en Sudáfrica que dieron paso a las primeras elecciones con sufragio universal de 1994.
En otro orden de ideas, el ex Rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) Padre Luis Ugalde, expuso sobre la “Respuesta de Mandela a encrucijadas de conflicto” y recordó las propuestas de Madiba ante los enemigos, a los cuales consideraba debían ser invitados a ser colaboradores de su causa necesarios para buscar soluciones a los conflictos. “Ellos solo serán colaboradores si se llegan a convencer de que serán beneficiarios. Si ellos piensan que al convertirse en colaboradores míos se rindieron o están derrotados y lo que pagamos nosotros en el pasado lo van a pagar ellos en el futuro nunca serán colaboradores míos y si no son colaboradores no tengo solución”, explicó Ugalde.
Por su parte el sociólogo Tulio Hernández dio una ponencia sobre “Mandela y la memoria sanadora”, donde explicó que existen dos maneras de recordar los daños, las discriminaciones, incluso los genocidios que ha vivido un grupo humano determinado: una manera es la reiterativa de revolcarse en el dolor (memoria literal), la cual no ofrece soluciones a futuro. Otra manera es recordar para que no vuelvan a ocurrir, ni al grupo humano que lo sufrió, en este caso los negros sudafricanos, ni a ningún grupo.
“Para que lo segundo ocurra son necesarios procesos de perdón y sobre todo entender que un país todos son necesario, por ello no se puede construir un país sino se integran a todos sus sectores y creencias. Ese es el aporte fundamental a mi juicio de Mandela, haber hecho una gestión en la cual no se trataba de tomar venganza sino de comenzar de nuevo sin discriminaciones”, puntualizó.
La última ponencia estuvo a cago de la abogada Rosario Orellana, ex vice ministra de Relaciones Exteriores, quien hizo un análisis sobre el legado de Mandela y “La dimensión internacional”.
Nota de prensa