Rafael Ramírez, quien estuvo frente a la industria petrolera durante diez años, se pronuncia sobre la situación por la que atraviesa Petróleos de Venezuela (Pdvsa) en la actualidad. Inicia sus argumentos con un balance de la empresa. Considera que su situación es muy negativa y, pese a ello, no es partidario de privatizarla, por tratarse de un mandato de la Constitución.
Señala que en los últimos tres años no se han publicado los estados auditados de Pdvsa. “Al 31 de diciembre del año 2013 se producían 3 millones de barriles al día, abastecíamos el mercado interno y exportábamos productos hacia los Estados Unidos. Cuatro años después Pdvsa tiene una producción de 1.100.000 barriles diarios, lo que representa una caída de 1 millón 900 mil barriles diarios”.
Acota que ese número está registrado en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Desde su punto de vista la situación en la cual se encuentra la Industria se debe a la dependencia que tiene de Miraflores, desde donde se toman las decisiones sobre esta materia. “Si se daña una bomba, la industria no puede esperar que Miraflores apruebe los recursos para arreglarla”, acota.
Con Chávez
Bajo la gestión de Chávez, explica, nunca se esperó que Miraflores tomara una decisión para adelantar tal o cual asunto. Nunca dijo: no contraten químicos. “Teníamos un poder delegado”, asegura.
Uno de los nudos gordianos que a su juicio presenta Pdvsa consiste en que no solo el General Manuel Quevedo no tiene conocimiento del negocio petrolero (aunque admite que no necesariamente debe tenerlo). El problema radica en que la Junta Directiva tampoco cuenta con la infomación que se requiere sobre el sector de los hidrocarburos. Y precisa: “quien está al frente de la Vicepresidencia de Refinación no tiene conocimiento del tema. Si no tienes competencias e interfieren los elementos políticos ocurren los problemas que están presentes en la actualidad”.
A su juicio, esta industria es una secuencia de decisiones y si se deja una de ellas por fuera, o no es atendida en el momento oportuno, los procesos se paran y con ello la producción petrolera declina, sostuvo.
De acuerdo con su opinión, el precio promedio de barril de petróleo, en 65 dólares, es un buen precio para dar respuestas a las necesidades del país.
Migración, también en Pdvsa
Al escenario anterior suma la cantidad de empleados con perfil técnico que se han ido de la industria petrolera a trabajar a otros países. “Aproximadamente 30 mil personas se han ido de Pdvsa”. Se trata de una cifra difícil de determinar a ciencia cierta, dado que en la actualidad “no se hacen las notas de interés, que es el mecanismo del cual dispone la Empresa para saber quién es jefe de quién” y en consecuencia saber cómo está el movimiento del personal.
Citgo en el ojo del huracán
En cuanto al tema Citgo, el cual ha sido visibilizado con recurrencia recientemente, Ramírez manifestó que bajo su gestión se propuso la venta de esta empresa. “Ya estábamos haciendo un concurso y recibimos varias ofertas”. El Gobierno esperaba cristalizar la venta por ese monto por 15 mil millones de dólares. “Ahora no tendrá ni los 15 mil millones de dólares ni Citgo”. La razón que explica esta posición es la siguiente:el Gobierno venezolano se ha descuidado con los juicios de la República. Para muestra:Conoco nos confiscó los terminales en El Caribe.
Además arguye que la República no tenía por qué poseer 8 Refinerías en el extranjero con el fin de procesar petróleo. Y no tenía por qué hacerlo para refinarlo en Estados Unidos. Explica, en este sentido, que Venezuela vendió algunas Refinerías, aunque siempre hubo resistencia a esta medida.
“El petróleo se vendía con 40% de descuento”, precisa. Admite que Citgo está hecha de una forma que es complicada negociarla. No obstante, señala que era y es una necesidad la venta de Citgo dado que el país es vulnerable con esta sucursal en territorio norteamericano, asegura.
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