Dependiendo del país tiene distintos nombres: encendedor, también llamado candela, fosforera, mechero, briquet, bricket, chisquero o yesquero.
Ese pequeño dispositivo le facilitó a la humanidad la posibilidad de poder transportar fuego a todos lados con la comodidad de prenderlo cuando se necesite y quiera.
Su origen se remonta a 1823, cuando el químico alemán Johann Wolfgang Döbereiner inventó uno de los primeros encendedores, una pistola de chispa que utilizaba pólvora comúnmente llamada Lámpara de Döbereiner.
Funcionaba pasando gas de hidrógeno inflamable, producido en la lámpara por una reacción química, sobre un catalizador de platino que a su vez de encendía y emitía una gran cantidad de calor y la luz. Se siguió utilizando hasta 1880, a pesar de lo peligroso que era usarla.
Carl Auer von Welsbach, científico austríaco, inventó en 1903 el ferrocerio, que es el material del que está hecha la piedra que produce chispa en los encendedores actuales.
El uso de este material como pedernal le permitió compañías como Ronson desarrollar un encendedor práctico y fácil. Para 1910, lanzaron su primer briquet llamado Pist-O-litros, y en 1913, sacaron un modelo más ligero conocido como Wonderlite.
Los mecheros comenzaron a tener popularidad cuando George G. Blaisdell fundó e inventó la compañía y yesqueros Zippo en 1932. Se destacaba por su fiabilidad, ofrecían «garantía de por vida» y lo comercializaron como “a prueba de viento”. Los primeros encendedores de la empresa utilizaban nafta como fuente de combustible.
En 1950, hubo un cambio y se comenzó a utilizar gas butano porque permitía una flama controlable y con menos olor.
La empresa Flaminaire comercializó en España, alrededor de los años 60, el primer encendedor común de plástico y gas azul del mundo. Fabricaron más de 50 modelos.
En 1971, la empresa Bic compró a Flaminaire, y en 1973, lanzó el primer encendedor con llama ajustable. La compañía se fue expandiendo y actualmente es una de las empresas que ofrecen gran cantidad de yesqueros al mundo.
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