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Querido Niño Jesús

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Querido Niño Jesús

 

Te cuento, aunque ya lo debes saber, que soy grande. Hace unos días cumplí 8 años.

 

 

Mi abuela, Tati, y mi mami, Ángela, las dos mis ángeles, te lo digo de verdad, me llevaron a comer.

 

 

Pizza y después helado de chocolate, que repetí. Un banquete, decía la abu que le encanta el dulce y lo come a escondidas de mamá.

 

 

Con esto del cumple me olvidé de hacerte la carta.

 

 

Desde que hice los siete, pensaba en los ocho, Ángela (a veces la llamo así, aunque no le gusta, lo sé por cómo pone los ojos) siempre me dice una  vez y otra y otra vez que no vaya tan rápido.

 

 

Dice, a veces grita un poquito, que me calme, que del apuro solo queda el cansancio, la verdad no la entiendo porque nunca me canso y siempre estoy corriendo, saltando, y a veces claro se me caen cosas o las tumbo y se me rompen. (Ahí es cuando grita)

 

 

La carta que te mando es diferente a la del año pasado, siempre te he pedido juguetes, o un balón, o un bate, me encantan los deportes, ya lo sabes, y después de ver los partidos del Mundial jugábamos en la escuela y con otros chamitos de la cuadra, cuando mami me deja bajar. Nos peleábamos por quién hacía de Messi.

 

 

Antes te debo decir que estudio regular. Me gusta dibujar, pintar, ciencias cuando hablan de los animales y las plantas, menos las matemáticas aunque un vecino de por la casa, más mayor que yo, me dice que son divertidas. Tampoco lo entiendo.

 

 

Mi mamá me lleva a la escuela y mi abu me recoge, pero a veces se enreda todo porque no hay clases, o vamos mi mamá y yo y resulta que cuando llegamos no fue el maestro, o no hay luz, o se inundó el salón. Ángela, (otra vez, menos mal que la carta no es pa’ ella) me lleva a su trabajo en un ministerio y ahí me aburro muchíiiisimo.

 

 

Y la vuelta es peor, hay que agarrar dos camioneticas que van full, a veces nos dan puesto, otras vamos de pie y mi mami me agarra por el brazo o la espalda y me pega a ella.

 

 

Esos días sí me canso, cuando llegamos, como y me quedo dormido viendo la tele.

 

 

El maestro le dice a mamá que hablo mucho, o que no estoy quieto o que me distraigo y hago mal los ejercicios, que empiezo con una cosa, dice él, que no es nada simpático, y termino con otra.

 

 

Debe ser cierto porque en esta carta todavía no he te pedido lo que te voy a pedir.

 

 

Nada de juguetes, porque oigo a la abu y mami en la cocina diciendo que todo está muy caro, que no les alcanza la pensión de la Tati y lo que cobra mi mamá, me imagino que también para ti será difícil, y tengo la bici vieja que aún me sirve, y ya te dije el balón, el bate, un guante un poco gastado…y algunos legos y muchos creyones de todos los colores.

 

 

Quiero, querido Niño Jesús, pedirte dos cositas: la primera, que regrese a casa el papá de mi amiguito Iván, que se lo llevaron un día y aún no lo sueltan y, la otra, que ayudes a Ángela, mi mami, y a la abu para que el año que viene, que ya está cerquita, podamos reunirnos y comer las hallacas y abrir los regalos con las tías y los primos que están lejos. (Te prometo que voy a ser menos distraído).

 

 

Editorial de El Nacional

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