La Tierra está compuesta por una gran cantidad de océanos, tanto así que al rededor del 70% de toda su extensión pertenece a esta división, sin embargo la cantidad de territorio inexplorado en esta área es impresionante.
¿Cómo se originaron los océanos?
En un principio, y hasta hace poco tiempo se pensaba que estos se habían formado hace unos 4.000 millones de años, gracias a un período de intensa actividad volcánica, en el cual, después la temperatura en toda la superficie del planeta se enfrió hasta y permitió la aparición del agua en el estado líquido que hoy conocemos.
Aunque la polémica entre cuál fue el verdadero origen continúa actualmente, un estudio realizado por el Centro Nacional de la Investigación Científica de Francia, llevado a cabo por el científico Francis Albarède y publicado en la revista Nature, estimó que su origen se halla en la colisión de asteroides gigantes cubiertos de hielo que chocaron contra la Tierra entre 80 y 130 millones de años después de la formación del planeta.
¿Qué tan profundo es el océano?
Aunque solo hemos explorado aproximadamente de un 5% a un 10% de todos los océanos, sabemos que la profundidad a la que puede llegar es realmente increíble.
La profundidad de estas áreas es sumamente variable y depende en gran cantidad de las zonas del relieve oceánico, la parte más profunda se encuentra en la fosa de las Marianas con más de 10.000 metros de profundidad.
A pesar de saber esto, sus aguas aún esconden y resguardan grandes misterios para la humanidad.
Empecemos a sumergirnos…
En promedio, el ser humano -naturalmente- puede sumergirse y explorar hasta 100 metros de profundidad, existiendo excepciones como la de Herbert Nitsch, quien tiene el récord por sumergirse 214 metros bajo el mar conteniendo la respiración.
Las gigantes ballenas azules, se sumergen hasta aproximadamente 500 metros de profundidad, es decir, que este cetáceo alcanza 5 veces la profundidad promedio de los seres humanos, por otro lado, los pingüinos emperador son capaces de llegar a una profundidad de pocos metros más que estos enormes animales.
¡La oscuridad se aproxima!
Cuando sobrepasamos los 1.000 metros, todo se empieza a tornar oscuro, desaparece la luz del sol y se crea una atmósfera terrorífica por la intensa oscuridad.
Algunas investigaciones y exploradores dicen que la presión es tan elevada que se puede comparar con la que se siente en la superficie del planeta Venus.
En este ‘nivel’ las criaturas y animales que aparecen empiezan a diferenciarse del resto, un ejemplo de esto es el calamar gigante, el cual puede llegar a medir hasta 15 metros y pesar más de 700 kilogramos. ¿Increíble no? Esto da mucho que pensar sobre esas fantásticas historias de barcos piratas los cuales eran devorados por monstruos gigantes ¿verdad?
2.000 metros y bajando…
Al pasar esta profundidad las probabilidades de encontrar criaturas extrañas ascienden, como es el caso del pez dragón abisal, que a pesar de no poseer un gran tamaño cuenta con un aspecto realmente escalofriante.
Descendiendo más por este increíble territorio nos encontramos ahora en aproximadamente los 4.200 metros, desde donde aún faltarían al menos unos 6.000 metros de profundidad para llegar a su punto límite, la fosa de las Marianas.
Desde esta profundidad de un poco más de los 4.200 metros hacía el punto más profundo, se considera una zona desconocida e inexplorada por el hombre que esconde en ella gran cantidad de secretos y misterios.
Aunque el 26 de marzo del año 2012, el conocido director James Cameron realizó la inmersión en solitario a más profundidad realizada por el hombre, y descendió hasta el fondo de la fosa de las Marianas, esto no se consideró una exploración del todo exhaustiva ya que el enfoque principal era el descenso hasta este punto, dejando de igual forma gran cantidad de todo este territorio inexplorado y desconocido.
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