La esperada cinta de amor y entrega comienza a recibir calificaciones…
Con mucho efecto lacrimógeno, quizás demasiado… Ese que nos inflamó los ojos en Bajo la misma estrella, combinado con una buena dosis de tragedia, algunas líneas poéticas, unas simpáticas actuaciones y una cantidad desmesurada de drama y romance, romance y drama que se va alternando durante toda la cinta hasta convertirse en una historia que, aunque desde que publicaron el primer trailer ya se sabía hacia dónde iba, te puede sorprender… Pero por los niveles de “cursilería” que puede alcanzar.
Muchos críticos coinciden en que, si hubiese sido en dibujos animados, la historia tendría un poco más de sentido, ya que en ese intento por mostrar un drama humano, Me Before You se pierde en un exceso de romanticismo que olvida el sentido real, concluyendo en una historia improbable y excesivamente alejada de la realidad.
Emilia Clarke -nuestra heroína de Game Of Thrones– es Louisa Clark, una joven de campo que busca trabajo para ayudar a su familia. La oportunidad llega con el puesto de cuidadora de un joven paralítico que vive en el castillo cercano a su modesto domicilio. Pero el adinerado, hermoso y seductor Will Traynor (Sam Claflin) es casi un lobo feroz que, a pesar de su envidiable físico y su fortuna, no puede dejar de estar peleado con el mundo.
En las primeras escenas, convierten a Clark en una especie de Bety la Fea reloaded vestida casi de payaso: con indumentaria de todos los colores, patrones y texturas estridentemente incompatibles (que no sabemos bien como consigue en el pueblo que vive). Y al final claro: se convierte casi en fashionista y aprende mágicamente a combinar bien las prendas.
Con un encantador fondo de casitas de la campiña inglesa, el filme se propone ser amable y gracioso en su primera mitad, aderezada de estas pequeñas rencillas entre ambos que ya sabemos cómo acabarán. Lo más singular es cómo el “cotidiano” atuendo de Louisa contrasta con la geografía que la rodea… ¿En serio existe alguien que pueda vestirse así?
Luego, cuando llega la tristeza, amenizada perfectamente por la canción de Ed Sheeran, se repite la mítica escena -mítica y muy repetida- del baile en el que ella se sienta sobre sus piernas y bailan en la silla de ruedas… Monte cumbre del melodrama que te hace llorar aunque ya sepas exactamente lo que iba a suceder.
FUENTE: Eonline