La mayor exhibición de comercio tecnológico, en Taipéi conocida como Computex, es una buena fuente de señales, de tecnología venidera, y este año, esas señales indican el movimiento hacia los aparatos ponibles y la interconexión entre los enseres y servicios, en los cuales dependemos.
Entre los exhibidores, ASUS expone su nuevo celular, que promueve la popularidad de las autofotografías, los llamados selfies, con dos cámaras, delantera y trasera y con 13 megapíxeles cada una.
IvyLink promueve su anillo inteligente, que envía y recibe mensajes y llamadas entre parejas.
Si lo frota, envía una señal a su compañero, y puede abrir su puerta electrónica o enviar información personal, a un celular cercano, si padece de demencia.
Google aún no comienza a vender sus espejuelos, el Google Glass, pero la compañía ChipSip, de Taiwán, ya vende su propios anteojos para propósitos especiales, como guías de turismo en museos, además de ser utilizados en oficinas, fábricas y tiendas.
Muchos periodistas de tecnología dicen que, este año, la exhibición ha sido decepcionante.
“Todos tienen pulseras electrónicas de salud (fitness trackers) y relojes inteligentes simples, pero la industria sigue de cerca el liderazgo de Estados Unidos y, en especial, de Apple, por algún tipo de innovación, que provoque la compra acelerada de productos”, dijo el periodista tecnológico Martyn Williams.
La importancia de baterías, de gran acumulación e inteligencia, también son exhibidas aquí, especialmente las que son plegables y ponibles en trajes y vestimentas.
Siguiendo el movimiento hacia la computación en la nube, la compañía Acer creó el servicio “construya su propia nube”, para manejar autos inteligentes, pacientes de hospital, cámaras de vigilancia y hasta enseres eléctricos domésticos.
Fuente: VOA
