Las cárceles en Ecuador vuelven a ser escenario de muerte y terror: este fin de semana al menos 31 reclusos murieron y otros 34 resultaron heridos en dos revueltas que tuvieron lugar en un centro penitenciario.
Entre los muertos, 27 fueron ahorcados.
De acuerdo al Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI), las revueltas ocurrieron en la prisión de Machala, en el sur del país.
Este hecho se suma a lo ocurrido el pasado 1 de noviembre, en el que 12 presos fueron hallados muertos en otras tres cárceles de Ecuador.
Y no son incidentes aislados: desde 2021, se han registrado cerca de 500 muertes dentro de las prisiones ecuatorianas, vinculadas con la situación de orden público que vive el país.
La situación más grave se vivió en septiembre de 2021, cuando 119 personas murieron en un enfrentamiento entre bandas criminales en el Centro de Privación de Libertad Número 1 de Guayaquil.

Desde allí comenzó una violencia sistemática que ha sido uno de los síntomas del aumento de los índices de criminalidad en el país.
De acuerdo a varios analistas, desde las cárceles se controla gran parte del negocio del tráfico de drogas que ocurre en el país.
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