Quizás los niños no son los mejores tomando decisiones, y por eso los adultos utilizan mitos o supuestos sin base científica cierta, para convencerlos de que no adopten ciertos comportamientos. La frase “si te tragas el chicle se te quedará pegado al estómago por siete años” es un ejemplo perfecto. Pero ¿en realidad qué pasa si te tragas un chicle?
¿Un reto menor para los ácidos estomacales?
La composición del chicle no es nada de otro mundo: edulcorantes, saborizantes, y por supuesto, goma de butilo; que es la responsable de la textura que diferencia al chicle.
Ahora bien, según la Asociación Estadounidense de Química, la goma de mascar se digiere al igual que muchas otras comidas.
Cuando el chicle llega al estómago, los jugos gástricos y enzimas digestivas inician su trabajo de descomponer los alimentos para extraer los nutrientes –de los cuales no hay muchos que sacar de una goma de mascar.
Posteriormente el chicle digerido sigue su camino natural por el intestino hasta salir del cuerpo.
Por lo tanto, el ciclo de permanencia de un chicle no es diferente al de cualquier otra comida.
¿Qué es lo que sí puede pasar si te tragas un chicle?
Es posible sufrir diarrea luego de consumir goma de mascar. Esto se debe al sorbitol, un edulcorante que también funciona como laxante, y que puede liberarse en el organismo si masticamos una cantidad considerable de chicle con este componente.
Este efecto secundario se da principalmente en los chicles sin azúcar.
Otras de las preocupaciones que existen por el chicle es el hecho de que el principal componente del chicle, la goma de butilo, es también usada en la elaboración de neumáticos.
Sin embargo, cuando esta goma es usada para hacer chicle, el proceso de elaboración es muy distinto, en comparación con cualquier de sus otras aplicaciones.
La goma de mascar posee otros ingredientes como emulgentes o humectantes que permiten la suavidad del chicle y evitar que se seque.
Fuente: Culturizando
Por: Maria Laura Espinoza
Twitter: @i_am_LauEz14