Para muchas personas volar suele ser algo aterrador, sin embargo, se ha demostrado que los aviones suelen ser aparatos seguros y que la gran mayoría de las veces llegan a su destino sin ningún problema. A pesar de esto en algunas oportunidades se han presentado inconvenientes con pasajeros que podrían poner en peligro la vida de otros. Por ejemplo, ¿qué ocurriría si algún pasajero abre la puerta de emergencia en pleno vuelo?
Según David Birch, profesor titular de Ingeniería Aeroespacial en la Universidad de Surrey, Reino Unido, dice que las puertas de los aviones están diseñadas para quedarse bloqueadas por la alta presión dentro de la aeronave. Siempre y cuando, claro está, se trate de grandes aviones que alcanzan elevadas alturas y tienen una cabina presurizada.
Cuando el avión cae a presiones inferiores es posible que ocurra lo siguiente: primero se activan las rampas de evacuación, pero éstos probablemente serian arrancados por la fuerza del aire, que viaja a cientos de kilómetros por hora. Posterior a esto, se da una pequeña caída en la presión de cabina, pero debido a la baja altitud del avión, probablemente ni siquiera se desplieguen de las máscaras de oxígeno.
Dentro del avión todo se volvería muy ventoso, ruidoso y cada vez más frío (aunque la temperatura no bajaría de 0°C). Inmediatamente la cabina del piloto recibe una alarma y el mismo se vería a forzar un descenso de emergencia.
Las leyes en Estados Unidos requieren que los fabricantes de aeronaves tomen precauciones frente a este tipo de eventos. La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) dice que «deben tomarse precauciones en el diseño para minimizar la posibilidad de que una persona abra la puerta intencionadamente durante un vuelo».
El 7 de julio del presente año en un vuelo de Delta Air Lines con 221 personas a bordo, el estadounidense Joseph Daniel Hudek,un pasajero de 23 años que viajaba en primera clase, agarró el manillar de la puerta y tiró de ella para abrirla.El vuelo era un Boeing 767 que cubría la ruta entre Seattle (Estados Unidos) y Pekín, (China). El FBI presentó una declaración jurada como parte de una denuncia penal contra el joven, que ahora se enfrenta a 20 años de prisión y una multa de US$250.000, si es condenado. Se sospecha que todo lo ocurrido fue por una pelea generada entre las azafatas y el pasajero.
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