Por qué en ese momento no tienes hambre, por qué quieres hacer un poco de dieta o por qué no tienes tiempo de sentarte a comer: seguro que te has saltado una comida alguna vez. Si piensas que lo único que le pasa a tu cuerpo es que tienes menos energía y más sensación de hambre, debes saber que esto es sólo la punta del iceberg. Descubre la verdadera reacción que tiene tu organismo cuando te saltas el desayuno, el almuerzo o la cena.
La reacción de tu cuerpo
Lo primero que le ocurre a tu cuerpo es que se alteran los niveles de azúcar de la sangre. Piensa que “la glucosa es la principal fuente de energía que obtenemos de la alimentación para el metabolismo celular. Por lo que los niveles deben estar equilibrados. Los azúcares se obtienen a partir de los alimentos con la ayuda de la insulina y llegan a las células para suministrar energía”, apunta Noemí Soriano, especialista en dietética y nutrición de Zen Salud y Belleza. ¿El resultado? sin el suministro necesario de calorías tu cuerpo también tiene que hacer un esfuerzo para ahorrar energía y el metabolismo se ralentiza.
Cuando te saltas una comida tu cuerpo tiene que encontrar otra forma de obtener la energía a que necesita. Para ello, “el organismo depende de sus propios depósitos energéticos, es decir de la glucosa y ácidos grasos circulantes en la sangre así como del glucógeno almacenado en el hígado y músculo. Si el ayuno se prolonga también emplearán grasas y proteínas como fuente de energía”, afirma Jéssica Hierro, dietista y nutricionista en Alimmenta.
Efectos sobre tu salud
Puede que la última vez que te saltaste una comida sintieras cansancio, dolor de cabeza, irritabilidad y mal humor el resto del día. Se trata de los síntomas típicos la hipoglucemia. Si no se corrigen, también puedes experimentar dificultad al andar, náuseas y taquicardia, sostiene Soriano. Al mismo tiempo, si practicas deporte, también puede comprometer la calidad de tus entrenamientos, el tiempo de recuperación y el sistema inmunitario, matiza Hierro.
Además, el ayuno también afecta a distintas partes de tu cuerpo. “El ácido gástrico puede empezar a irritarte el estómago, por lo que existe la posibilidad de contraer una gastritis. Otra de las partes afectadas puede ser el intestino, que cuenta con microvellosidades para absorber nutrientes. Si estás más de 72 horas sin tomar alimentos se provoca la pérdida de estas microvellosidades intestinales y, por tanto, dejan de absorberse nutrientes”, puntualiza Soriano.
Si hablamos de la dieta, atenta a la tentación de picar entre horas. Cuando te saltas una comida, la sensación de hambre puede llevarte a comer alimentos poco saludables. “El cerebro activa mecanismos de recompensa y aumenta la preferencia de los alimentos que son más energéticos. Por tanto, favorece el consumo descontrolado de alimentos insanos y en grandes cantidades, altera la rutina habitual de comidas, puede favorecer un mayor almacenamiento de grasa y por lo tanto no es una opción saludable y recomendable para perder peso”, comenta Hierro.
Qué ocurre cuando vuelves a comer
Cuando vuelves a comer, unas ocho horas después, tu cuerpo se siente aliviado aunque por poco tiempo. Tu metabolismo se mantiene lento, ya que estos cambios han alterado tu cuerpo, que ya no sabe cuándo se le volverán a suministrar calorías. Por lo que los niveles de azúcar siguen alterados. Baja energía, cansancio, dolor de cabeza y cambios de humor son los síntomas que puedes seguir experimentando después de volver a comer.
En pocas palabras, si quieres perder peso y evitar que tu cuerpo experimente estos perjuicios, prueba con comidas pequeñas y saludables durante todo el día. Asegúrate que lo que comes es rico en nutrientes, proteínas magras y carbohidratos. De esta forma, podrás perder peso de forma regular y tu cuerpo responderá bien a estos pequeños cambios.
Fuente: Womens Health