Cuando el hipo se presenta con frecuencia, sin causa aparente y se prolonga durante días, puede ser síntoma de padecimientos graves que en personas de la tercera edad son muy peligrosos… Descubra cuáles son.
Seguramente usted ha padecido episodios de hipo a lo largo de su vida, cuya duración quizá no hayan rebasado los 10 minutos, aunque debido a las molestias que produce pareciera que hubieran transcurrido 10 años. Esto no es nada comparado con casos de personas que han vivido con hipo durante 13 años.
Este trastorno normalmente se presenta después de consumir rápidamente gran cantidad de alimentos, beber alcohol y líquidos gasificados o ante situaciones imprevistas de estrés, ocasionando molestias pasajeras. Así, el estómago se llena de alimento o aire y presiona al músculo que separa al tórax del abdomen y ayuda a pulmones en la respiración (llamado diafragma), produciendo el padecimiento.
Durante el ataque de hipo, los nervios que controlan la respiración envían una vibración involuntaria al músculo diafragmático, forzando a la persona a succionar aire, pero la glotis (abertura que hay entre las cuerdas vocales) se cierra rápidamente e impide el paso del aire, provocando con ello el típico sonido del hipo.
El hipo regularmente es inofensivo y suele durar algunos segundos o minutos. Sin embargo, hay ocasiones en que se presenta con frecuencia, sin causa aparente, y llega a prolongarse inclusive varios años, lo que además de provocar gran molestia y dificultad respiratoria, puede ser evidencia de un padecimiento grave, por ejemplo, irritación del diafragma debido a pulmonía. También puede ser consecuencia de cirugía de tórax o estómago, presencia de sustancias tóxicas en la sangre (cuando hay problemas en riñón), infección de intestinos y hepatitis (inflamación del hígado). Aunque en muy raras ocasiones, puede ser resultado de un tumor cerebral que interfiere con el centro de la respiración del cerebro.
Cuando sufra algún episodio de hipo trate de identificar si hay un factor que lo ocasiona y siga algunos consejos para controlarlo:
Cualquiera de estos métodos es eficaz para la mayoría de las personas, pero en caso de que persista, no haya tenido causa aparente y usted sienta que se ha prolongado busque atención médica porque, como se habrá dado cuenta, esta afección puede ser señal de un padecimiento oculto que puede disminuir su calidad de vida. Beber agua rápidamente.
Comer pan duro o hielo picado, pues la consistencia de éstos estimula al nervio que controla la respiración que nace en el cerebro y llega hasta el estómago.
Contener la respiración el mayor tiempo posible.
Tomar una infusión de menta.
Ingerir lentamente una cucharadita de azúcar.
Si el alcohol es la causa del hipo, existe el llamado “truco del cantinero”, que consiste en comer la punta de la cáscara de un limón.
Salud y medicinas